domingo, 1 de marzo de 2020

UN ESPONTÁNEO CAMUESO


         
          «No he de callar por más que con el dedo, / ya tocando la boca o ya la frente, / silencio avises o amenaces miedo», decía don Francisco de Quevedo en su Epístola satírica y censoria contra las costumbres presentes de los castellanos. Y traigo esto a colación, muy a mi pesar, tras haber leído en una red social el desahogo, torpe y limitado, que un tipo del que ignoro nombre y seña pues escondía su vómito tras un seudónimo horrísono y manido, me lanzó, de forma triplicada,  por mi artículo del pasado sábado.  Me incluía, cómo no, en la caverna mediática y en un imaginario sindicato fascista de comunicadores o periodistas, argumentos sin duda originales jamás oídos cuando de decir sinsorgas monolíticas se trata. Por otra parte, está claro que este señor, emboscado tras un seudónimo facilón, padece una grave  indigencia gramatical ya que sus mensajes, de apenas tres líneas cortas, estaban adornados con reiterados errores sintácticos y ortográficos. Un dato que, al menos para mí, es significativo de su escasa capacidad de discernimiento y de poso cultural.  Pero es que, a mayor abundamiento, encabeza el intento de ocultar su identidad tras un seudónimo, repito, facilón y, añado ahora, cateto y simple, con una foto en la que aparece con un capullo de rosa rojo y se declara, ya ven qué osadía, “republicano y socialista”. Con lo que, leído lo que leí, no sé de entrada si el artífice de idioteces tan mal escritas es el capullo y la imagen del tipo que lo acompaña un simple recurso mediático de atrezzo, es al revés, o, acaso, son ambas posibilidades hechas una.

         
          La verdad es que me importa un bledo lo que piense de mí y de mis opiniones este monaguillo cobarde que se oculta tras un seudónimo irrisorio. No es el primero que actúa así, ni será el último. Pero me importa, y mucho, que gente como él, primitivamente corta, se piense que su estupidez y su ignorancia puedan servir para algo más que para el desprecio de su hipotética víctima. Que su torpe pavoneo quede en un “entre nos” reducido del que no se avergüence. Es por eso que mi repudio y mi asco llegan hasta el punto de hacerles partícipes de que el tal se enmascara en la red social bajo el original remoquete de Emérito Romano. Dizque es jubilado de la enseñanza. Me imagino ( y lo deseo fervientemente por sus alumnos) que su actividad enseñante no habrá sido en el área de  la Lengua Española, porque además de no saber escribir con un mínimo conocimiento de la ortografía y la sintaxis del español, el interfecto tiene una escasa capacidad de comprensión lectora, y llega a unas conclusiones de lo que lee de lo más atrabiliarias  y absurdas. Al menos en lo que a mi artículo se refiere.

          En fin, en casos como éste, en los que el sujeto viene con ganas de tocar los nísperos, lo que suelo hacer es bloquearlo y olvidarme de él. Si, a mayor abundamiento, adorna sus regüeldos con faltas de ortografía y de sintaxis, el bloqueo va con pedorreta. Si, además, lo limitado de su cacumen le impide comprender lo que lee, no veo qué sentido tiene mantenerlo como seguidor. Y si, para rematar la faena, esconde su identidad tras un seudónimo, para qué te cuento, primo. Sin embargo, esta vez, a pesar de haberlo bloqueado, no he querido que su intromisión pasara desapercibida. Porque de eso se aprovechan estos emboscados patéticos, de que el bloqueo de sus miserias impida un conocimiento más amplio de las mismas. Recuerdo que Franco tenía una frase para laminar a quienes se oponían a su dictadura: Hay que anular a los desafectos y a los tibios. O algo así. Pues esa es la actitud que exhibe con su capullo rojo y sus comentarios este risueño fulano. Véanlos si no: «Este "señor",escribió un artículo de opinión en el diario Hoy de Extremadura, el sábado 22 de febrero de 2020. Solo tenía insultos y desprecios hacia el Presidente del gobierno,desde "panoli","monigote" hasta los que creemos en el Presidentes para llamarnos "zopencos». (Sic). Y sigue: «Es usted un impresentable y desde este mismo momento queda usted integrado en la caverna mediática de este pais.A lo mejor el "zopenco"es usted por creerse lo que no es,bocazas». (Sic). Y termina: «Habrá que incluirlo en este sindicato de fascistas» (Sic). Y acompaña este último anatema con la foto de seis periodistas a los que ya debe tener este personaje incluidos en sindicato tan particular.


           
          Bueno, pues eso es lo que hay, ése es el nivel de la mayoría de estos furtivos sectarios con los que me he ido encontrando a lo largo de mi vida ‘articulística’ o poética. Y éste con estrambote, porque esconde su nombre pero muestra su jeta con capullo incluido. Un sinsentido incomprensible... A no ser que con tal furtivismo a medias este monaguillo meritorio tenga la intención de que su defensa del jerarca socialista sea conocida y valorada por sus superiores ideológicos y, así, poder llegar algún día a ser sacristán. Me la refanfinfla. Pero, de cualquier manera, a este lenguaraz dogmático le ha salido el tiro por la culata porque, además de importarme un bledo su cagarruta verbal, me ha hecho el inmenso favor de proporcionarme tema para mi artículo semanal. Algo  impagable, primo. Pues eso.     



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