Hay quien pensará que las cojo
meonas y que igual que en su momento hice protagonista “malgré lui” de mis artículos
a Fernando Manzano, ahora he elegido a Fernández Vara como objeto obsesivo de
los mismos. Pero no es así, ni muchísimo menos. Entre otras razones porque al otrora
presidente de la Asamblea y, por tal, primo de su chófer, el actual
presidente-consejero de la Junta no le llega ni a la altura de los “cotubillos”,
mayormente en lo que a obsequiarnos con salidas trompeteras y descacharrantes se
refiere. De modo que a cada cual lo que le corresponde. Lo que ocurre es que
aquél anda recluido en el ostracismo, y éste lleva dos o tres semanas que no me
da tregua: cuando no es el carajal del Consejo Consultivo es la filfa de la elección
límpida y maravillosa de la nueva directora de la Cexma. Y cuando tampoco, es
el viaje presupuestario de ida y vuelta. Qué culpa tengo yo si esta semana
quería escribir de la jarca estupefaciente del “No a la guerra”, y Vara y su
consejera de Hacienda, interfiriendo en mis planes, no me han dejado.
Haciendo una retrospección
narrativa diré que, como me olía la tostada de que estos presupuestos viajeros
iban a tener la víctima propiciatoria de siempre, el jueves, nada más llegar a
casa, consulté la edición digital de este periódico. Y ahí se confirmaron mis
presagios, pues me encontré con el siguiente titular: “La Junta avisa de que
prorrogar los presupuestos dificultará cumplir los compromisos”. Y sigue en la
entradilla: “Pilar Blanco-Morales Limones ha señalado como ejemplo el pago del 75 por
ciento de la paga extra de 2012 a los funcionarios”. Como la noticia llevaba
anexo un video, pude oír y ver a la consejera en cuestión, hablando por boca de
ganso con su lánguida verborrea entrecortada y su mirada pendular, largar sin
recato la trola. Porque de entrada, señora mía, si una parte de la extra iba a
ser pagada en diciembre de este año, ¿qué puñetas tienen que ver, para hacerlo
o no, los presupuestos del año que viene? Y de salida, como bien ha dicho
Monago, (que a cada cual lo suyo, repito), la prórroga de las cuentas no impide
realizar las modificaciones presupuestarias que haya que hacer para pagar lo
que se quiera pagar, incluida la restitución a los empleados públicos de lo
birlado hace tres años. De manera que a otro perro con ese hueso, camueso. ¿La
culpa del incumplimiento del compromiso con los funcionarios es del PP por
votar con Podemos la devolución de las cuentas? Pues de eso nada, monada. La
culpa es de un presidente-consejero, de primeras, bisoño, si no torpe y, de
segundas, escurridizo, si no falaz. A pesar de que en su blog, refiriéndose a
su antecesor, titule con descaro Cuando lo primero no es Extremadura, para
venir a decir por descarte, no sé si presa del éxtasis de una transustanciación
laica, que él y sus presupuestos sí que lo son. Pues sí que empezamos pronto
con las levitaciones mesiánicas, colega.
En fin, el asunto sería chusco si
no afectara a la vida de un colectivo tan numeroso en Extremadura como somos
los funcionarios, por lo que se ve,
juguetes de los políticos de uno y otro signo y muñecos del pimpampum a
merced de sus intereses más mezquinos. Y ya está bien de choteos y de desprecios.
Espero, si esto acaba tan mal como me temo, que los sindicalistas “de clase”
liberados no se dediquen a vegetar y a vivir del cuento como hasta ahora y
sepan estar a la altura de las circunstancias. Aunque me parece que esto es como
pedir uvas al espino, un tremendo desatino.
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