sábado, 19 de mayo de 2018

EL 'VOLK' CATALÁN

(Fuente: www.economiadigital.es)

La verdad es que, aunque no me cabe duda de que Puigdemont tiene el oremus nublado, tengo que reconocer que su última jugada política no deja de tener su aquel. Ante el inminente nombramiento de un nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña, andaban los analistas de la pomada y los políticos de la cosa con sus miradas especulativas puestas en personajes conocidos del elenco separatista, encarcelados o no. El recorrido iba desde Artadi, esa niña pija de sonrisa Profidén chisgarabís y cargante a más no poder, hasta Junqueras, el frailón limpiacristales de Estremera...  Y va este prestidigitador vesánico, desde Berlín, y saca de su chistera, como sucesor interino, a un mostrenco xenófobo y ultra del que más de uno no sabíamos nada hasta que asomó su testuz protagonista en el vodevil turbio y cansino que es la política catalana del ‘procés’. Con este truco de trilero creo que ha conseguido, por un lado, dejar claro a sus socios separatistas, incluida la CUP, quién es el ‘masca’ que manda en el cotarro; y por otro, pavonearse ante el Estado español exhibiendo a este lacayo lenguaraz para dejar constancia de que, dentro de su cofradía, hay cofrades que pueden ser aun más zopencos y acérrimos que él, al fin y al cabo un político independentista, sí, pero con un cierto sentido de la medida y de las buenas formas. Sea esto así como yo lo pienso, o no, lo que sí es cierto es que, a partir de ahora, la situación puede entrar en bucle, siendo muy posible que volvamos a vivir una nueva aplicación del artículo 155, nuevos procesamientos y, por qué no, nuevas fugas de algunos implicados allende los Pirineos y de algunas empresas fuera de Cataluña. Aunque para repetir este día de la marmota es condición ‘sine qua non’ que el gobierno de España reaccione. Y ahí es donde la puerca tuerce el rabo porque nos encontramos con el inconveniente de que lo preside Rajoy, y pedirle a este hombre que espabile es como pedírselo a la citada marmota en plena hibernación, un rotundo contrasentido.

(Fuente: USM Books)
El señor Torra, en los pocos días que lleva en el candelero, ha dado sobradas muestras de las intenciones con las que viene. Su discurso de investidura y su toma de posesión son suficientes para estar seguros de su calaña. Por si esto fuera poco, las noticias acumuladas en los medios en estos días, nos han informado de forma profusa y exhaustiva de su ideario que, apócrifos aparte, poco tiene que envidiar al concepto de volk nazi, esa quimera perversa de un pueblo alemán de sangre y raza arias, puras, libre de contaminaciones étnicas, unido por un alma mística y enemigo de los judíos, una raza de ladrones, egoístas e insolidarios, causa de todos sus males. Solo debemos sustituir alemanes arios por catalanes con pedigrí/españoles catalanistas y judíos por españoles/catalanes españolistas, para situar a este monaguillo ascendido a jefe de sacristanes en un puesto preeminente dentro del credo racista y nazi más repugnante. No me resultaría extraño que el ‘Mein Kampf’ de Hitler ocupara un sitio privilegiado en su mesilla de noche. Con forro estelado y sobre el orinal, por supuesto. Digo, como si fuera un ‘caganer’, que es símbolo de lo suyo.

(Fuente: El País)
Visto lo visto, creo que alguien debería decirle a este paradigma de político estatuario, (léase Rajoy), que prudencia y holganza no son palabras sinónimas y que gobernar requiere, en muchas ocasiones, la capacidad de adelantarse a los acontecimientos que devienen inexorables. Porque, hasta ahora, el tal es solo un señor que mira, un espectador pasota de la que se nos viene encima. Dizque está esperando hechos. Pero, ¿no son hechos la rendición de pleitesía que el servil cristobita de Blanes hizo a su amo y señor en Berlín; la fórmula ilegal empleada y el veto al gobierno español en su toma de posesión; su firme intención de restituir las leyes derogadas por el TC y de volver a proclamar la república; su pretensión de incluir en el que será su primer gobierno títere a exconsejeros presos...? Pero vamos a ver, señor alma de cántaro, ¿no se ha dado cuenta aún de que quien está gobernando en Cataluña es Puigdemont y no este figurón harto de butifarra que él ha colocado, y que entre los dos le están haciendo una pirula de padre y muy señor mío? No es porque se rían de usted y le tomen por el pito del sereno, presidente, que a mí me importa un bledo. Debe reaccionar y tratar de acabar con este fraude de ley flagrante, sobre todo, por la dignidad de todos los españoles que viven en Cataluña y están sufriendo en sus carnes la imposición ignominiosa de este ‘volk’ catalán supremacista. Si no lo hace, no será digno de ellos ni de su sacrificio. Aunque barrunto que eso a usted se la trae floja.

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