En mi anterior artículo, hablando
del anhelo de querer engañar a la inexorabilidad del paso del tiempo, echaba
mano del refrán aquel que nos dice que “el que no se consuela es porque no
quiere”. Y hete aquí que esta semana he tenido ocasión de volver a acordarme de
él. Bien es verdad que por otro motivo, carente de cualquier atisbo de lirismo,
cual ha sido el del final apoteósico del folletín tragicómico que se ha venido
representando en el escenario consistorial pacense, y que ha tenido como
argumento la abortada, (nunca mejor dicho), moción de censura a su alcalde.
Este, (el único personaje que podría haber celebrado algo pues, apareciendo
como víctima sentenciada en las primeras escenas de la obra, gracias a un golpe
de timón de los guionistas del libreto ha resultado indemne), ha sido comedido en
la exteriorización de un más que presumible regocijo. No así los frustrados
victimarios que, tras su estrepitoso fracaso, han comparecido no diré que
exultantes, pero sí incomprensiblemente orondos y satisfechos de la calabazada
sufrida. Más que querer consolarse parece que hubieran querido, quizá
intentando a la desesperada hacer de la necesidad virtud, alardear de su
infortunio.
(Fuente: elperiodicoextremadura.com) |
El principal urdidor de la trama y
portavoz del PSOE municipal, Ricardo
Cabezas, que quizá, como trasunto prosaico de Antoñito el Camborio, ya se veía en sus ensoñaciones con la vara de
alcalde en la mano, acaso destinando a algún funcionario díscolo a hacer
fotocopias en el cementerio de San Juan, salió el pasado lunes a la palestra en
rueda de prensa. Obviando cualquier asomo de autocrítica, afirmó que “no es posible impulsar la moción de censura
pues [con la salida de Ciudadanos de Luis
García-Borruel] ha cambiado el
escenario político en el Ayuntamiento de Badajoz”. Según sus palabras y siguiendo
la lógica más elemental, habría que inferir que antes de esa ‘expulsión
voluntaria’ del ahora exciudadano, el escenario político sí hubiera permitido
promoverla. Entonces, digo yo, ¿por qué no lo hiciste cuando pudiste, alma
cándida, si lo tenías a huevo? Se me ocurren dos respuestas para pregunta tan
simple. La primera es mala, porque implica que, mejorando lo presente, el
pretendiente a alcalde ha actuado con una torpeza inaudita al dejar escapar una
ocasión de oro para hacerse con el ansiado báculo. La segunda es peor, porque
dejaría al descubierto la falacia que esconde la media verdad de su aserto, y
esa es que nunca, con Borruel o sin él, la iniciativa podría haber prosperado
porque C’s no la apoyaba y, a mayor abundamiento, la obstinación de aquel en
presentarla en contra del criterio de los dirigentes de su formación ha sido la
causa de su viaje al limbo. En este segundo caso, la candidez que pudiera
disculpar la torpeza política del líder municipal socialista en nuestra primera
hipótesis, achacable, siendo generosos, a su bisoñez, no ha lugar. Porque
estaríamos ante el descaro lánguido y palmario de un embustero descarado
consciente de serlo. Igualmente torpe, eso sí, cualidad esta que parece ser el
único ítem común a ambas posibilidades. Y lo que es peor aún, pretende que los
que escuchamos o leemos sus declaraciones seamos partícipes solidarios de su
insuficiencia.
(Fuente: elperiodicoextremadura.com) |
No contento con lo anterior y tras
intentar hacernos creer, con vaguedades y frases hechas, que su intento fallido
ha sido un revulsivo para recuperar la gobernabilidad de una ciudad sumida en
el caos y la molicie por mor de unos dirigentes corruptos, finaliza su perorata
con un estrambote que ofrece, por su
simpleza, un desmantelamiento argumental inmediato. Dice este buen señor que
con la destitución de García-Borruel como portavoz, se ha procurado “dar un giro de 180 grados al
posicionamiento de C’s hasta convertirlo en una marioneta del PP”. Además
de reincidir en el engaño recurrente de querer inducirnos a que
confundamos la parte (Borruel) con el
todo (C’s), siguiendo la lógica elemental aplicada anteriormente habría que
deducir entonces que, antes del cese, C’s no era más que un títere del PSOE.
Porque si cuando sí, no, ¿por qué cuándo no, sí?
En fin. Como última reflexión diré
que los entresijos de la política y de los partidos no son mi fuerte. Jamás
milité en ninguno ni pienso hacerlo en los muchos o pocos años que me queden de
andar por las calles y estar con los que quiero. Pero eso no me impide maliciar
que las venias que las ejecutivas, locales o regionales o como quiera que sean,
regalan a algunos de sus militantes, son
bombas de relojería perfectamente programadas para el descalabro de los que
estorban. Y no estoy diciendo, ni tan siquiera insinuando, que esto pueda
aplicarse al caso que nos ocupa. Faltaría más, primo... que eres un primo.
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