Perica, “alter ego” perruno de mi amigo Tomás Martín Tamayo, es una finísima y aguda analista política que
campa a sus anchas por las redes sociales. Nos obsequia con sus perlas
contestando a las preguntas o las dudas que le plantea su complementario de una
forma concisa y contundente. Días atrás, estuvo especialmente acertada cuando
éste le inquirió: “Perica, ¿Rubalcaba
te inspira mucha, poca o ninguna confianza?” “Lo siguiente, lo siguiente”, fue
la respuesta de la sabia. En tan pocas palabras, este dardo dialéctico vino a
resumir el estado de desánimo que, al menos a mí, me produce el personaje, y la
angustia consiguiente que me acarrea el ver cómo un partido que, según está el
cotarro, es la más clara alternativa de poder, anda lastrado por su biografía y
su falta de credibilidad. Qué mal deben de andar las cosas en la mercadotecnia
socialista cuando lo que tienen que ofrecer como sustituto de un Rajoy desenmascarado
por sí mismo, es un líder cansado consciente de su derrota, aferrado al poder
de una manera patética, con un discurso impostado y manido que ni él mismo se
cree, y al que su biografía política, por momentos tan turbia, cómplice y
oscura, le imposibilita para ofrecer cualquier posibilidad de frescura y
novedad en el yermo panorama de la política española.
Ahora
nos ofertan, con la convocatoria de esas primarias a las que los entusiastas
militantes se han aferrado como a clavo ardiendo, el bálsamo de Fierabrás que
los curará de todas sus torpezas. Yo, aunque no los vote porque el gato
escaldado del agua fría huye, estoy deseando que así sea. Porque el PSOE,
aunque sólo sea por su historia, incluso la sucia, no se merece andar
respirando el aire contaminado en el que se ahoga. Y porque, además, me parece
que eso no es bueno para el asentamiento de nuestra democracia, (valga mi
ingenuidad militante), al dejar huecos en sus cimientos por los que se cuelan
redentores espabilados que buscan hacer su agosto rebañando peces despistados en
las aguas turbias del descontento. Pero me temo, con los candidatos que se
vislumbran, que el panorama se presenta más bien sombrío, o sea, que si no
quieres uvas, toma pasas, Nicolasa. Porque, unos más, otros menos, todos están
pringados por las secreciones viscosas de ZP, sin duda y según mi humilde
opinión, el gobernante más catastrófico, inútil, mentecato y dañino de la
historia de España desde Fernando VII para acá. Y quizás me quede corto porque,
al fin y al cabo, éste era rey y Borbón, y siempre le queda la excusa de esa
doble condición para sus felonías. Pero el suricato inane, al que padecimos
durante dos legislaturas, no sólo
consiguió meter a los suyos en la fragilidad tontaina de su política de
escaparate y a todos de cabeza en la miseria económica, sino que hundió a su
partido en la nebulosa circunfleja de su propia idiotez. Y ahí andaban los Rubalcaba,
Chacón, Patxi, Madina,
unos sacristanes, otros monaguillos, aplaudiendo y colaborando con sus
iluminaciones. ¡Quién se fía de los pastores cuando el lobo es rabadán!
El
resultado de las mentiras de los de ahora, (por cierto, cada vez más
prepotentes y chuletas adjudicándose como mérito el atraco a nuestros
bolsillos), y de la obnubilación sectaria de los otros, viene a ser que, según
todas las encuestas, los dos bajan en intención de voto, más que menos. Y la
parte de esos votos que no van al saco de la abstención de los que andamos
hartos de monsergas, la recoge UPyD e IU. El primero un partido cuya líder, también
con su biografía política detrás, parece ahora recién descabalgada del cometa
Halley, pregonando como dogma lo que antes era anatema, o al revés, que viene a
ser lo mismo. Y yo, a pesar de mi buena voluntad, desconfío de que su cambio
radical de intereses ideológicos, más que producto de un descabalgamiento
similar al de Saulo, no sea más que una estrategia estudiada en busca del hueco
de votos que le permita seguir manteniendo su privilegiado estatus. En cuanto
al segundo, IU, estoy cada vez más convencido de que la U de Unida anda ahí,
como quien dice, de ornato (Cantinflas
dixit). Porque hay tantas ues como balanzas fiscales, que ya es ansia: Aquí con
el PP, en Andalucía con el PSOE, en Cataluña con Esquerra, en el País Vasco con
los socios de ETA... En fin, un galimatías que vaya usted a saber, si los vota
en las generales, a qué coño está votando, si al de la Bernarda o al de la
Maruchi.
Para
rematar este paisaje tan alentador del elenco partidista patrio, el sarpullido
de pequeños grupos emergentes que no cesa. El último en aflorar, por ahora, ha
sido VOX, fundamentalmente constituido por despechados y disidentes del PP,
algunos con la herida aún supurando. Dicen estar a la derecha del PP, “porque
el PP está totalmente a la izquierda”, que ya son ganas de decir sinsorgas.
Como se descuiden un pelín, se caen al abismo ultra. Sigue el “Partido X”, que
no es un partido sino una Red Ciudadana, cuya ideología es la lógica, que
propugna el wikigobierno y la wikilegislación a través de un permanente estado
asambleario-virtual de referéndums continuos. Ciertamente peculiar. Y termino
el muestreo con el “Proyecto Podemos”, del ínclito Pablo Iglesias ‘el
Joven’, tertuliano ubicuo y prepotente,
antisistema de salón que, para revolucionar los anquilosados goznes de esta
democracia pútrida, se presentará a las próximas europeas, y así, de resultar
elegido, podrá planchar su coleta mientras perfecciona idiomas viajando de
bóbilis. En fin, el panorama es para salir corriendo y no parar. A veces el
desaliento me vence, Perica, y llego a la triste conclusión de que este país no
tiene escapatoria.
2 comentarios:
Me ha gustado mucho,aunque es desconsolador,pero es lo que hay.
Un abrazo.
Sequir diciendo que Zapatero nos llevó a una crisis, que sabemos que ha sido mundial y que ha sido una crisis primero financiera, segundo de liquidez en los sistemas y tercero crisis del euro, simplificando en una crisis politica.
No te engañes el peor gobernante de la historia de este país va a ser Rajoy y la historia le juzgará por ello. No por llevarnos a la crisis, sino por dejarnos como nos va dejar cuando salgamos de ella.
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