A ZP la han dicho que se ría. Y él se ríe. No sabe de qué, pero se ríe. Le dicen, “José Luis, tú sal y ríete”. Y él va, sale y se ríe. No sé si se lo habrá dicho su estilista, la sirena bigotona, su director de imagen o algún espabilado con cargo en inglés. Pero él sale y se ríe. “Ríete, José Luis, que eso nos da votos”. Y, pánfilo, sale y se ríe. Pánfilamente, claro.
Cuando no es la risa lo que toca, no se ríe. Disciplinado él. ”Ahora sal, José Luis, y no te rías”. Y él sale, crispa la mueca, delinea los labios, enarca la ridiculez de sus cejas y brazotea con sus manitas a la altura de la tripa, aireando las axilas. Como si quisiera volar. Como un pingüino reencarnado.
Y en esas andamos, entre risas con hoyitos y axilas ventiladas, sumidos en la más absoluta inoperancia. Pero, coño, ¡qué bien aletea y qué bien se ríe el tío jodío!
sábado, 16 de agosto de 2008
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1 comentario:
Juas,juas,juas.Yo si que me he reído leyéndo lo que has escrito.
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