viernes, 4 de julio de 2008

DEL TIEMPO I'MAMA



Ahí estamos mi melliza y yo, cuando la vida era dulce, leyendo la felicidad de ser como éramos. Plácida imagen de una ilusión que intento recuperar latido a latido. ¡Qué cansancio!, los molinos de viento se han transformado en esferas de reló, calendarios, tiempo. Y el silencio ya no es descanso, sino angustia. La posibilidad de elegir se acorta porque, a estas alturas, la indefensión ha cambiado de lugar. En la foto, el tiempo tenía la batalla perdida. Ahora es una lenta derrota. Y mi melliza, lástima grande, ya no puede ayudarme.

Vaya, pues, este poema fechado el 26 de junio pasado:

Silencio,
silencio solo de niño.
No este silencio de ahora,
no este dolor repetido.
Silencio que era cariño
ignorante,
acurrucado en el nido.

No este silencio de ahora,
silencio de ayer, dormido,
es el silencio que quiero,
no el de ahora,
el de ayer, el de los besos,
el del corazón rendido,
el de la canción temblada
en un tierno escalofrío.

No el de ahora,
quiero el silencio de ayer
para ganar la batalla
al silencio. Y al olvido.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué amarga dulzura la de los recuerdos. Están vivos sin poder vivirlos nunca ya.

Anónimo dijo...

¡Ay qué pena me ha dado¡
Qué bonito lo que has escrito y cuántos recuerdos me ha traído la foto a mí tambien.
¡Ay mi hermana del alma¡

Anónimo dijo...

¡Qué bonito!
Y qué penita...

Besos,

Bertius

Anónimo dijo...

Lo he vuelto a leer.
Tiene razón "anónimo"en el comentario que hace.
"Amarga dulzura"los recuerdos

Anónimo dijo...

Sin palabras. So joío, te quiero. Gracias que los recuerdos no mueren mientras vivimos. Besos, La Mayo.