En mi artículo anterior, hablando
de Podemos y de algunos de sus dirigentes y sus chanchullos, comenté el más que
evidente llevado a cabo por Íñigo Errejón con su contrato de trabajo en la
Universidad de Málaga, plagado de irregularidades en su origen y en su
cumplimiento, y por el que al insigne ideólogo han abierto expediente
suspendiéndolo de empleo y sueldo de forma cautelar. Parece que en ciertos
círculos no están acostumbrados a recibir críticas u opiniones que no incluyan
el asentimiento o la adoración a sus posiciones o sus conductas, porque a mi
blog, para nada apabullante en cuanto a número de seguidores o, al menos, de
opinantes, ha llegado una cantidad de
comentarios al respecto sensiblemente superior a la recibida en otras
ocasiones. Dado que el blog es mi casa y en mi casa, a no ser que la asalten,
yo dejo entrar sólo a quien me peta, no he publicado muchos de ellos. No porque
disintieran, que hasta ahí podíamos llegar, sino porque no pasaban de ser una
letanía anónima e inconexa de anatemas e insultos de lo más primitivo y
visceral. Sin embargo no me resisto a compartir éste, que reproduzco fielmente,
y que salvé de la criba porque me dejó impactado por su aporte erudito, su
corrección ortográfica, su más que cuidada sintaxis y, sobre todo, por la forma
sutil con que su autor nos hace ver la acendrada idea que alberga sobre la
libertad de expresión. Así se despachaba el individuo: “Sr.Buiza, la sociedad
es movimiento y cambio, cuando un corpus de ideas emerge, cuando un paradigma
de pensamiento agoniza y emerge otro que cree que hay otras formas de
organización social porque algo va mal según nos dice tony judt, personajes
como ud. !tolerantes!, !democratas!, tratan de aplastarlo desde un periodismo
mediocre, que por educación no digo basura, escriba algo que merezca la pena,
la sociedad extremeña se lo agradecerá”. Pues, como decía el otro, con estos
bueyes hay que arar. Mejorando lo presente, por supuesto.
Después de esta digresión que se me
ha salido de madre y de líneas, he de decir, sin que esto sirva para exculpar
al susodicho, que el caso Errejón no es hecho aislado en las universidades
españolas. El caciquismo y los amaños son carta de naturaleza en muchas de la
plazas en las que el concurso previo es pura filfa, apenas necesidad de cubrir
el expediente, de dar visos de legalidad a lo que no es más que nepotismo de lo
más descarado. Es un mal endémico que se arrastra desde años, enquistado en los
mecanismos del funcionamiento universitario con una naturalidad pasmosa y que
abarca todo el espectro laboral: técnicos de apoyo, becarios, contratados,
interinos, laborales y funcionarios. Pocos son los damnificados que han logrado
hacer saltar, tras un largo proceso de recursos y presiones, los goznes de este
dislate, de esta tremenda desvergüenza. Padres, hijos, cónyuges, cuñados,
primos, sobrinos, amigos y correligionarios de toda índole son beneficiarios,
benefactores o ambas cosas, de esta red viciosa. De modo que como los criterios
para ocupar plaza nada tienen que ver, en tantas ocasiones, con el mérito y la
capacidad sino con el enchufismo y la discrecionalidad, el servicio que se
ofrece a la sociedad no es, consecuentemente, el mejor posible ya que la
relación o la cercanía, ya sea familiar o de otro tipo, no sólo no es sinónimo
de excelencia sino, muchas veces, un claro ejemplo de lo contrario. Si a esto
añadimos la relajación, no generalizada pero sí lo suficientemente llamativa, a
la hora de exigir el cumplimiento de obligaciones y horarios docentes, el
resultado puede llegar a ser deplorable.
A mayor abundamiento, estos días
también hemos sabido de las tarjetas de libre disposición de las que gozaban
ciertos cargos de la Universidad de Cádiz. Si el control de horarios es somero,
el de gastos puede llegar a ser estupefaciente. Sobre todo en dos Programas: el
322L (Convergencia Europea y Calidad Docente) y el 541A (Investigación
Científica). En el artículo 64 de ambos, Gastos de Carácter Inmaterial, es
donde se concentra la vorágine. Ahí puede entrar de todo, repartido en
epígrafes como cursos, seminarios, planes, programas marco, contratos,
convenios, acciones complementarias, formación y otras actividades de
investigación. Mientras que se ajuste al presupuesto y los números cuadren,
allá que te van comidas, viajes, adquisiciones peculiares, bienes
inventariables etéreos, libros voladores,
y, en fin, facturas justificativas de lo más peculiar, como que una
tienda de electrodomésticos te venda folios, bolígrafos y fotocopias. Todo cabe
en el saco de la ciencia jornalera. El problema, de entrada, es que para
vigilar que el gasto se ajuste a lo que se espera de él, la Universidad dispone
de unos funcionarios que lo son del organismo al que controlan. Cobran de ella,
están integrados en su plantilla y trabajan pared con pared con los auditados. De
modo que cubren el expediente con meros retoques normativos que no cuestionan
la validez ni la legalidad del gasto, sino si su aplicación presupuestaria se
ajusta a la estipulada. Tan solo formulismos burocráticos inofensivos que
sirven para llenar una estadística que dé sentido a su trabajo. El problema del
tinglado de las universidades españolas, un coto cerrado y añejo de impunidad y
“ancha es Castilla” que se renueva de generación en generación, es que las
gallinas, atadas por la dependencia del voto o del sueldo, son las encargadas
de controlar la voracidad de unos zorros que saben latín.
2 comentarios:
Sr. Buiza, no quería entrar en su caseta-blog, fue un error, solo quería comentar su artículo en Hoy, pero ya veo que su caseta-blog es como esas casetas privadas de feria, con portero y todo, solo pasan algunos, muchas gracias por dejarme entrar y husmear en su interior. Me veo obligado a entrar de nuevo en su caseta-blog, la otra, la de Hoy es de pago, la suya, de momento, es gratis. El artículo que escribe hoy me ha traído el recuerdo del pensamiento de Weber que yo he aplicado al periodismo, los periodistas no tienen que dejarse influir total y absolutamente por valores personales en el curso de su trabajo, pero añadía que esta carga valorativa no se elimina facilmente, eso le está pasando a Ud., se ha empeñado en criminalizar a Errejón y a lo que representan, se nota como son los surcos que Ud. marca con su escritura, la poesía se le debe dar mejor, otros bueyes vendrán Sr.Buiza y otros surcos harán. Recuerde lo que decía Tocqueville “el poder de la prensa después del poder de la gente”. Coincido con Ud. en que algo va mal, también en la universidad, Ud. no muestra ningún estudio serio que avale lo que está diciendo sobre la universidad que conoce tan bien, ¿es Errejón el modelo de los males que aquejan a nuestra universidad Sr Buiza ?, no será que molesta lo que representa ese “chico repelente” como Ud. le califica, no le gustan mucho estos bueyes que quieren arar una tierra que otros están dejando yerma. No tengo ya veinte años pero me atrevería a repetir aquí aquellos versos de Wordsworth “glorioso era vivir aquel amanecer, pero ser joven era el paraíso mismo”, en ellos está la esperanza en un futuro que ahora no existe, estamos hablando de cambio social Sr Buiza, a lo largo de la historia la cumbre del cambio social han sido las revoluciones, ahora, en una Europa democrática, la cumbre del cambio social es el mandato electoral, con ese mandato electoral estoy seguro se van a arar campos con surcos nuevos y renovados, luego vendrán otros y estos bueyes ya no servirán, así son las sociedades humanas y así serán para siempre porque si en algún momento muere la utopía ya no habrá sociedad, la sociedad habrá muerto.
Amigo Jaime, todo mi apoyo al acoso de los PPodencos de PPodemos, que sé que lo tendrás, pues son jauría asilvestrada que teme que como se han hinchado pos se pinchen. Y el globo de la fama y dignidad vaya a tomar vientos.
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