2.
Viene y va el aire de esta tarde. Como si su abanico
siguiera enmascarando mis tristezas. Vengo a dudar.
No sé la dirección de este camino.
Abril es soledad, así la vida me enseñó a vivirlo.
Pero es octubre. Qué hago yo aquí
apenas consolado por su aroma,
en agridulce estar, en ida y vuelta,
sin saber si he de quedarme quieto
como un muerto que espera su sonrisa
o andar hacia el encuentro del absurdo.
Quizás haya en la vida algún momento
en que el andar se vuelva retroceso
y me ha tocado a mí sentir ahora
esta perplejidad del sol que anda en los ojos
de un ayer de ahora mismo y tan lejano.
El olor de esta luz. Debe ser eso.
Porque las luces tienen sus olores
como la oscuridad tiene su tacto.
Igual que la distancia tiene encuentros.
En esta tarde, círculo de sí misma,
viene al aire y se va,
tierno sorbo de luz que huele a vida de otras vidas
y se atraganta en medio del recuerdo.
Es culpa mía, lo sé,
tanta angustia de ser, desasosiego de este
andar siempre hurgando entre presencias
que fueron otros sueños, otras tardes
con este mismo olor que ahora yo siento.
viernes, 5 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Como siempre, traspasas el pellejo de de lo explicable,llegando a desmenuzar lo inexpresable.
Un abrazo.
A mí no me salen comentarios tan bonitos como los que hace "carica"."Alvarezbuizano,inexpresable"...
Solamente te puedo decir que tu segundo Palíndromos,me ha gustado mucho.
Un abrazo
Como siempre,cuando escribes así,me gusta y me emociona.
Nos vemos en un rato.
Besos.
Una preciosidad, para mimarla
Publicar un comentario