La Comisión de Economía del Congreso ha aprobado esta semana el proyecto de ley Antidesahucios con los votos a favor del PP y en contra los de toda la oposición. O sea, mayoría política contra mayoría social. Y la verdad es que su trámite ha sido un ejemplo de cicatería y empecinamiento del gobierno que, excepto una enmienda de UPN sobre el fondo social para alquiler, no ha admitido ninguna otra de los demás grupos, aunque algunas de ellas eran perfectamente aceptables con un mínimo de flexibilidad y cintura políticas. Los tres pilares de la Iniciativa Legislativa Popular, a saber, dación en pago retroactiva, paralización de los desahucios y alquiler social, presentada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca con casi 1.500.000 firmas de aval y que, dígase lo que se diga, ha contribuido de manera muy importante a que esta tramitación espabile, han sido laminados por el Grupo Popular que, falseándola al tiempo que se aprovechaba de ella, ha intentado darnos gato por liebre mientras despreciaba sin miramientos los anhelos de una mayoría social al degradar un debate, que no fue tal, de pleno a comisión. Y así lo que de entrada era una ILP, por arte de birlibirloque de experto trilero pasó a ser, de salida, una ILPP, que mejora lo que había según unos pero no lo suficiente según todos los demás. He recordado, al hilo de este toma y daca parlamentario tan poco edificante -nunca mejor dicho-, la explicación del juego de las siete y media de don Mendo a Magdalena, que Muñoz Seca remata magistralmente: “Y el no llegar da dolor / pues indica que mal tasas / y eres del otro deudor. / Mas, ¡ay de ti si te pasas! / ¡Si te pasas es peor!”. Y, en este caso, lo peor de todo para todos es que jamás nadie alcanzará las siete y media ya que, me temo, la escena esperpéntica de todos contra uno y uno contra todos a la que hemos asistido esta semana, no ha sido sino el anticipo de lo que nos queda por ver en esta legislatura: una oposición acomplejada por la algarabía callejera y el miedo atávico a posibles estigmas, que votará en contra de iniciativas gubernamentales por el simple hecho de serlo y no por el grado de acuerdo que puedan concitar; y un gobierno al que la mayoría absoluta de la que disfruta le ciega y le impide ver más allá de sus narices, que son tan chatas como inflexible es su despotismo democrático. Lo cual, que en sus pecados nosotros llevaremos la penitencia.
Parece que la razón fundamental que ha dado el gobierno para no incluir en la futura ley hipotecaria la dación para el pago de la deuda es el peligro que supone no sólo para el equilibrio sino, incluso, para la viabilidad del sistema financiero. Tanto que, incorporarla, podría significar su quiebra. Yo no soy economista y, por tanto, ignoro hasta dónde puede llegar el riesgo de esta, parece, generosa herejía. Lo que si sé es que hace bien poco, sin dación en pago de por medio, se ha producido un rescate de la banca española que nos ha costado 40.000.000.000 de euros y que ya estamos pagando, entre otros, usted y yo. Si eso no es un sistema quebrado, que venga Guindos y lo vea con la pierna escayolada. Imposible que entre las causas del descalabro bancario estuviera la bicha hipotecaria inexistente. Lo que estamos pagando, entre otros usted y yo repito, es el absoluto descontrol del Banco de España, esto es, del gobierno de España, sobre la disparatada gestión de directivos bancarios inútiles o torpes o mamones o sinvergüenzas o mangantes o todo a la vez, que quebraron sus bancos o sus cajas de ahorro, estafaron y arruinaron a sus clientes, se llevaron crudo los dineros que no había si no era para ellos y que, hasta la fecha, andan chuleando sus desmanes sin que nadie les desahucie de sus casillas. El estado, maldita sea, priorizó salvar a los verdugos en lugar de rescatar a las víctimas. Y parece que sigue empeñado en seguir haciéndolo aunque sea a costa de cambiar con urgencia la legislación para que un banquero, librado de la cárcel por indulto del gobierno anterior, pueda seguir ejerciendo como tal. Vomitivo, o sea.
Leyendo la prensa esta mañana he encontrado una entrevista deliciosa con Tamara Falcó, ya saben, la hija de la Preysler, en la que confiesa compungida: “No creí que había (sic) tanta hambre. Pensé que la crisis sólo era en África, pero ahora me doy cuenta de que en España también”. Sospeché que esta criatura escasa que parece anda ahora en fase mística, impresionada por los desahucios, los suicidios anejos, la estafa consentida de las preferentes, los millones de parados, la escasez presupuestaria de la renta básica, las colas en los comedores sociales, la quiebra de empresas, los ERE diarios, los recortes en sanidad y educación y en sueldos y en pagas extras y en pensiones y, en fin, el panorama angustioso que nos rodea, había adquirido cierta sensibilidad social. Pero no, quita, quita. Lo que le hizo caer del caballo y ver la luz de la dura realidad fue que, al preguntarle al fotógrafo que la inmortalizaba en domingo: “¿No descansas?”, éste le contestó: “Tengo que comer”. Quizás cuando el don tancredo discreto y emboscado que nos gobierna salga de la madriguera de plasma en la que se esconde, y tenga el valor de enfrentarse a las preguntas de una realidad a la que parece que es tan ajeno como la susodicha, se descuelgue respondiendo la misma y soberana tontería: “No creí que había tanta hambre”. Entonces, por supuesto y llegado el caso, yo votaré a Tamara para presidenta. Porque, al menos, ella es la original.
3 comentarios:
Estimado amigo.
Llevo muchos años detrás de la pista perdida de quien fue un gran amigo mío y mentor de mis lejanas edades del casi-pavo, el que creo que es tío tuyo, Carlos Álvarez-Buiza de Diego, que firmaba sus cosas como "Carlos Buiza".
Colaboré con él en algunos número del añorado CuentaAtrás (que los conservo como oro en paño) y me solía ver con él todos los años, hasta que se esfumó por completo y no he vuelto a saber nada de él.
Mi hijo el joven, experto informático y avezado navegador de la Red me ha localizado tu blog (y una entrevista que te hiciieron). Por eso me pongo en contacto contigo, por si me podrías dar algunos datos de Carlos, para poder, si es posible, darle "un abrazo por encima de las estrellas", como solía despedirse él en sus cartas.
Un cordial Saludo.
Fabián Rodríguez
Muy bueno,como siempre.
Un abrazo,amigo Jaime
Fabián: Mándame un correo a mi dirección y te contesto con los datos de mi hermano Carlos.
(jabuiza@gmail.com)
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