¡Ay, “mamasita”, estoy desolado! Qué digo desolado, estoy que no me llega la camisa al cuerpo. Parece que la “Ley de la Memoria Histórica”, por algún arte de birlibirloque del maligno, se ha transmutado en “Ley de la Presencia Histórica” y ya está aquí otra vez la conspiración. Ahora ya no es judeomasónica, ni está auspiciada por el contubernio de Munich. ¡Quiá! Ahora es mucho peor. Son agentes internacionales, especuladores envidiosos de nuestra prosperidad y nuestra paz los que, emboscados tras la prensa canallesca y el capital espurio, propalan infundios y mentiras con el fin de minar, no sólo la egregia figura de nuestro caudillo, sino los mismos pilares de nuestra sociedad occidental. ¡Es que van contra el euro, o sea, contra Europa, coño! Y para cargarse la esencia europea, los muy ladinos saben dónde atizar. ¿Quién es, hoy por hoy, el dirigente europeo con más carisma, el más admirado, el líder del primer mundo, el abanderado del progreso, el faro de occidente que con su luz guía nuestro país y nuestro continente por aguas mansas y prósperas, el que con su sola presencia aúna voluntades, el más sagaz, el que con su preclara inteligencia nos está llevando a las más altas cotas de prosperidad económica y cultural? Pues quién ha de ser, almas de cántaro, el nuestro, el de la sonrisa eterna, el arcángel que vigila nuestros sueños. Y a por él van, como fieras corrupias, sabiendo que minando su prestigio, corroen los cimientos de nuestro bienestar.
Pero no sólo es un ataque exterior el que nos amenaza. En nuestro país, en nuestra Patria, hay traidores que trabajan para ellos. Hay aquí, en nuestra entrañable piel de toro, en nuestro una y variopinta España, felones vendidos al oro podrido de las fuerzas que se mueven más allá de nuestras fronteras. ¿Qué son los casi cinco millones de parados sino un soterrado ejército, infiltrado en nuestra sociedad para derribarla? Ellos están en el paro adrede, sólo para dar argumentos, falaces de cabo a rabo, a nuestros enemigos. ¿Y los indicadores económicos, el PIB, el déficit, la deuda externa….? Pues tres cuartos de lo mismo. Todo amañado, mentiras, números engañosos, manipulados por las fuerzas del mal. ¿Y los jubilados pedigüeños, los autónomos zánganos, los jóvenes desocupados, los que se niegan a pagar las sagradas hipotecas….? Peones de la peor calaña, segadores de brotes verdes, quintacolumnistas agazapados tras el resentimiento y el odio, antipatriotas, antiespañoles confabulados con siniestros propósitos desestabilizadores.
De modo que, todos alerta frente al enemigo común porque, señores, la Patria está en peligro. Y con ella, los fundamentos de nuestra cultura y, por ende, el prístino amanecer de nuestro venturoso futuro. Todos hombro con hombro, voluntad con voluntad, bajo la égida esplendorosa de nuestro glorioso líder para hacer frente a los enemigos de España. Que sepan que, a los verdaderos patriotas, su vileza nos hace más fuertes y sus insidias potencian nuestras ansias de unidad. Y atentos a la convocatoria para, como un solo hombre, acudir al estadio Santiago Bernabéu a disfrutar de la demostración fervorosa de sindicatos afectos, para después peregrinar hasta la Plaza de Oriente, donde haremos palpable nuestra inquebrantable adhesión al caudillo y nuestro apoyo incondicional a sus esclarecidos designios. Que sepan los que maquinan desde oscuros despachos o tenebrosas redacciones que tienen enfrente a lo mejor del país, que aquí no hay cabida para los borregos mansos y que sabremos dar cumplida respuesta a sus pérfidas asechanzas.
(Mientras escribía este artículo, el ambiente se ha impregnado de un aliento rancio, fétido, que me ha dado escalofríos. A punto he estado de sufrir un vahído retroactivo).
2 comentarios:
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ!!!!!!! ¡Qué acidez más oportuna!
No se puede sacar agua de donde no hay.
El problema es que el fundamento del sistema está podrido y por tanto todo lo que se deriva de él, tambien lo está.
En el comentario inicial de mi blog hago una radiografía de mi visión de este podrido sistema que nos esclaviza y encima sus dirigentes nos hacen creer que nos están salvando,cuando en realidad nos están parasitando.
Un abrazo.
Tienes más razón que un Santo.
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