sábado, 27 de septiembre de 2008

OTOÑO YA

Ha cambiado la luz. Y el olor. Primera tarde hoy de otoño en mi corazón. El verano, con su engaño, estará por ahí engatusando a incautos que se dejen envolver en el sopor de su mentira. Campos secos, silencio inútil de ayer apenas. Atrás quedó. Se fue. Maldito donde esté con su estafa de sol.
Días llevo sin asomarme a esta ventana imprecisa, que se mueve al compás de mis manías y de mis neuras. Desde la patada al insigne no he vuelto a venir. Tampoco hay obligación de nada. Las citas con quienquiera yo las marco. Igual que mis ausencias. Yo soy el que me necesito y el que llama a mi puerta. Y, quizás también, este otoño todavía indeciso que torpemente irrumpe y al que dejo entrar en mis angustias. Mientras escribo, escucho a "Los Trovadores". Me descubren que "una garza es un pañuelo con sed de cielo" . Y yo no tengo más remedio que darles la razón y hacerles llegar mi reconocimiento.
En fin, dada la hora y el sueño, recupero un artículo ya publicado y lo cuelgo en el colgadero. Al menos, viene al pelo y me ahorra pérdidas. Pues eso.


BULERÍA DE OTOÑO

Como una bulería llorando al viento de la tarde. Caen las hojas del árbol que, frente a mi ventana, derrama lágrimas mustias de un cielo que no se atreve a ser azul. Derroche inútil de luz que se pierde al compás de este otoño, indeciso entre una primavera que no es nada y un invierno que no llega a ser.

Como una bulería que suena sin querer, con miedo de romper el silencio inmenso de esta tarde, sobrecogida y solidaria, que acompaña mis manos mientras escribo. Suenan las palmas tristes de las ramas desnudas, los secos palmetazos que esparcen el dolor, mansamente, como aviones sin rumbo, color ocre, que llegan a no ser livianamente, con lentitud de muerte prematura. Una hoja, un niño… Viento ligero que juega a ser Dios y no respeta nada, ni siquiera el espacio diminuto donde elegir reposo; viento travieso, cobarde Dios de hojaldre de otros días que desparrama absurdo la injusticia, que impide caminar. Me da miedo pisar las hojas secas y me acurruco detrás de los cristales de mis gafas, sin salir, no sea que el aire de algún pequeño corazón de hoja se pose, dulcemente, en mis pestañas; no vaya a ser que el sufrimiento, prendido al arcoiris de su vuelo, se transforme en miseria.

Como una bulería, pura sordina que dulcifica apenas la impotencia. Mansamente el dolor, mansamente la tarde, mansamente las hojas jugando a ser metáfora, imagen de lo incierto conocido. Y mansa la distancia de los hijos que son todos los hijos. Van cubriendo el jardín sus almas cándidas en un último juego con la brisa, quizá su primer juego, su primera alegría en un zigzag inútil, remolino de risas apagadas. Se me llena el jardín, en un suspiro, de pequeños cadáveres. Hojas que caen… Sigo leyendo:
“El hambre mata al año seis millones de niños”


lunes, 15 de septiembre de 2008

LÁGRIMAS DE COCODRILO

Destitución, cese
Miro la foto que me hizo en Cáceres Francis Villegas y me veo mala cara. La ha elegido Miguel Ángel Lama para
hablar de mí. Siempre es mejor que de uno hable otro. Ayer, en la que ilustraba la noticia de mi destitución (en el Hoy), tampoco era buena. La fotogenia no es lo mío, sin duda. Los dos, con todo, son rostros muy de estas penosas, vergonzantes circunstancias. Mejor no entrar en la casquería. Dejemos eso para ellos y ellas, como dicen que debe decirse. Sólo añadiré, por ahora, una cosa: vuelvo a ser libre. Para opinar y para criticar. Creen algunos que no he dejado de hacerlo. No se imaginan los sapos que he tragado.Ayer, a mi vuelta de Mérida en el tren (el que tantas veces tomó Fernando Pérez), de donde salí clandestinamente como un deportado (sí, Josemari), en una pose tan triste como literaria, era eso lo que más valoraba. Recobra uno la libertad y eso es más de media vida. O debería serlo. O para mí lo es. Así me ha ido.

Me manda un amigo estas líneas del blog de Álvaro Valverde, recientemente destituido de su cargo en la Editora Regional de Extremadura. No salgo de mi asombro y las preguntas, que lanzo al viento, se me amontonan: ¿quién le robó el don, ahora preciadísimo, de su libertad?, ¿estaba en galeras?, ¿era un forzado?, ¿cuál fue el precio de la hipoteca?, ¿los sapos eran en salsa?, ¿el estacazo de su cese le ha devuelto el entendimiento y es ahora cuando se percata de su constreñida existencia oficial? Si se dio cuenta antes, ¿por qué no se fue?, ¿le compensaba estar allí?, ¿a cambio de qué?, ¿es un jeta o ha sacrificado, durante siete años, libertad y vocación en aras de la cultura extremeña, dándole el lustre y esplendor que sólo una mente privilegiada como la suya puede?, ¿es devoto de San Tarsicio?, ¿se cree lo que dice?, ¿nos toma por tontos?..... Y es que recuerdo que, cuando fue cesado, después de cuatro años, como jurado del Premio de Poesía “Ciudad de Badajoz”, montó un numerito gimoteante y pamplinoso similar a éste, hablando de la caverna, la cenas horteras y tal. Veo que esta criatura va, con prepotente vocación de permanencia, de un sinvivir a otro. Y en poca estima debe tener esa libertad que sólo cacarea cuando lo avientan. Que yo estuve en la ERE en puesto similar al suyo y, en cuanto vi cómo pajeaba el morlaco, salí de najas. El asunto duró pocos meses. Los mandé a tomar por saco y me fui por la misma puerta que había entrado. Así de fácil. Y sin lloriqueos mimosos.

Quizás todo se reduzca a lo que pontifica el viejo adagio sobre la amargura de ególatras megalómanos de este pelaje. Decía, más o menos, así: ”La tragedia del vanidoso no es el que no consiga lo que cree merecer, sino el que la vida lo coloque en el lugar que, en justicia, le corresponde.” Pues eso, Alvarito.

martes, 9 de septiembre de 2008

¿EL DÍA DE QUÉ?


Y el viento me responde: “El día de Extremadura. ¿Es que acaso no has oído a pardillos y verderones, apenas las primeras luces del alba despuntaban en el horizonte pardo de esta gloriosa tierra, entonar jacarandosos las emocionantes notas de nuestro himno? ¿No te has fijado en el bello contraste que, contra el cielo, ofrecen el verde de nuestras encinas milenarias, el negro de nuestro cavernoso pasado superado y el blanco de nuestro prometedor y venturoso futuro? ¿No has reparado en la faz alegre y confiada, el pecho henchido y la mirada alta de tus paisanos en tal día como hoy, al saberse partícipes de una celebración que viene a constatar esta esperanzada realidad de nuestra región, mejorada año tras año gracias a los desvelos y el esfuerzo de nuestros iluminados caudillos? ¿No has sentido, desarraigado extremeño, que hoy tu corazón palpita de una manera distinta; que lo que tú creías extrasístoles no eran sino tan sólo el júbilo que contagiaba la cadencia de su latido para acompasarlo al ritmo del himno regional?..." En esas andaba la tremebunda y cursi pesadilla. Cuando desperté, la angustia seguía allí. El televisor encendido y, en él, los pechos henchidos, las banderas al viento, la mirada preñada de futuro (¡joder!) y la música acompañando al ripio carca de abominable sintaxis. Todo un circo en meloso regodeo.

Atardecía en el aire. La vida, ajena al artificio, vino a resucitar en el ladrido ronco de mi perro. Mientras lo acariciaba, aún pude ver el sol que, cachazudo, escondía su vergüenza entre las ramas de un encinar atónito.

viernes, 5 de septiembre de 2008

VIDA DE PERROS


Empiezan a aparecer a finales de verano, principios de otoño, como fantasmas ausentes. Delgados, perdidos, renqueantes, arrastran su desamparo por las calles, por las carreteras, sin comprender nada. Galgos que ya no sirven a sus dueños, quizás por viejos, porque no rinden lo que su egoísmo pide, porque ya no compensan, no son rentables y son abandonados a su suerte, mala, perra. Triste final para estos animales que olvidaron su nombre porque nadie les llama. El destino está escrito en sus ojos tristísimos. A lo peor acabarán en alguna Perrera Municipal, campo de exterminio bendecido a hisopazos de indignidad, sordidez a la medida del incivismo civilizado. A la mejor, reventados en una cuneta, partidos por la mitad, con las tripas fuera, muerte quizás buscada adrede en un último atisbo de lucidez. O, como este infeliz, acurrucados, rendidos y esperando a que la muerte venga. Son fieles a su cita con mi rabia y alimentan mi odio por sus dueños hipócritas, babosos indignados cuando alguien les critica su podredumbre, su miseria, su infinita crueldad. ¡Malditos cabrones!

ARTÍCULO DE MARTÍN TAMAYO

Reproduzco el magnífico artículo que hoy publica Tomás Martín Tamayo en HOY. Es que me viene al pelo para responder a tanto anónimo idiota que tengo que filtrar en este blog. Va por ellos. Y por ellas, claro.

"FOROS EN INTERNET"
La práctica totalidad de los periódicos, HOY también, tienen abierta la posibilidad de que en la edición digital los lectores opinen sobre cualquier tema, ofertando así una mesa que bien pudiera sustituir al clásico diván de los siquiatras. En estos foros entra gente sensata, que opinan con sensatez y eso aporta y enriquece la opinión y la noticia, pero los más, que son los menos aunque se repiten con distinto nombre, son meros correveidiles que entran para dejar su cagadita, ofendiendo, injuriando, insinuando e incluso amenazando. Utilizan el espacio para dar salida a sus paranoias, vilezas y frustraciones. Naturalmente no se identifican y escriben sus comentarios bajo el seudónimo de 'Jodienda', 'Tontolculo' o 'Deputamadre', amparándose en la oscuridad del anonimato para agredir y esconderse. ¿Tirar la piedra y esconder la mano!En esta situación, aparecer en cualquier medio se convierte en un riesgo, porque pueden caer sobre tu yugular cuchillos oxidados que no puedes identificar, porque el nombre es falso, es falsa su dirección de Internet y es falso y degradante lo que dicen. ¿Cómo puedes defenderte de estos pirados cobardes, que se amparan en el anonimato? La edición digital de un periódico no debe tener menos rigor que la impresa y no se entiende que lo que no sale en esta se publique en aquella con total impunidad. Y si ni en la digital ni en la impresa se publican noticias notoriamente falsas, ¿por qué se admiten opiniones difamatorias, injuriosas y denigrantes sin siquiera conocer la autoría del que las emite? De siempre se ha dicho que los anónimos son propios de cobardes, incapaces de dar la cara y que el mejor sitio para ellos es la papelera, pero, ¿qué son, con honrosas excepciones, estos foros sino refugios descarados, para poder propagar falsedades que no pueden sostenerse con la responsabilidad de una identidad conocida? Bajo el seudónimo de Angelito, con una dirección de correo electrónico falsa, 'estoesmentira@terra.es' y para comentar una noticia aparecida el pasado domingo, yo dejé un comentario estrambótico y sin sentido, cuestionando al director de HOY y ahí estuvo colgado todo el día. En 'El Extremadura' colgué otra parida, señalando a su director como el coordinador de la prostitución internacional. Ni uno ni otro pueden defenderse, porque para localizarme tienen que presentar una denuncia y seguir un proceso tedioso, largo y complicado. Igual podía haberme referido a la madre Teresa de Calcuta, porque estos foros son hojas en blanco para que los desalmados puedan estampar sus escupitajos.En un periódico digital donde escribía, tuve que pedir al director que no publicara los anónimos , porque yo daba la cara, con foto, nombre y apellidos, mientras que un sólo fulano, al que tengo localizado por su estilo sapero, dejaba diez o doce comentarios injuriosos. La libertad de expresión es un logro constitucional a defender, pero para que no se adultere necesita filtros que impidan que pirados, desalmados y cobardes, la utilicen a su antojo ¡Que den la cara, como hacemos los demás!

martes, 2 de septiembre de 2008

NOTICIA EN "EL PERIÓDICO EXTREMADURA"


"Zapatero: EL PRESIDENTE, UN MONTAÑERO MAS EN LOS PICOS DE EUROPA.

José Luis Rodríguez Zapatero ha hecho gala este fin de semana de su excelente forma física cuando, junto con Jesús Calleja (responsable del programa Desafío extremo de Cuatro), ascendió por la vertiente leonesa de los Picos de Europa. El presidente recorrió 14 kilómetros."

Se necesita ser babosos. Al lado de esto, el No-Do y los salmones de Franco, leche frita. En fin, siendo tan experto montañero como dicen estos pelotas, no me extraña que sea un verdadero maestro en escurrir el bulto.