Ahí los estaba yo esperando, que desde que llegaron al poder no han hecho más que acojonarnos. Entre ajustes de presupuestos, recortes de sueldos, subidas de IRPF y, como broche de oro, la infame reforma laboral que se carga de un plumazo la seguridad en el puesto de trabajo, legalizando la discrecionalidad en el despido y las indemnizaciones miserables, nos han hecho pasar, en poco más de tres meses, de la preocupación a la angustia, del escalofrío a la tiritona. Y en Andalucía, digo, los estaba yo esperando, que se pensaban que iba a ser un paseo militar y, al final, se han quedado como el gallo de Morón, sin plumas y cacareando. Les ha pasado lo mismito que al Real Madrid con el Málaga y el Villarreal, se creyeron que les iban a ganar con los cascos puestos a ritmo de “ai se eu te pego” y, después de los dos partidos empatados, fue la debacle con caguetilla incluida. La chulería y la prepotencia es lo que tienen. Y eso que lo que se dice ganar, en Andalucía el PP ha ganado. Ha sido el partido más votado y, con respecto a las elecciones de 2008, ha subido 3 escaños hasta llegar a los 50, a pesar de haber dejado por el camino 165.000 votos, la mayoría de ellos, creo yo, en estos últimos tres meses de gobierno de su partido. Y tan seguros estaban, además, de lograr la mayoría absoluta, apoyados en unas encuestas lamentables, que se han permitido el lujo de pasear por los mítines a Cristóbal Montoro y a Fátima Báez, cabezas visibles de los acogotamientos económicos y laborales que nos están infligiendo. Y eso ya suena a recochineo, a “si no quieres leche, tres tazas te doy”. Así que esos miles de sus votantes que no votaron habrán pensado que sí, que a la fuerza ahorcan, que leche sí, pero no de la nuestra y con su pan se lo coman. Creo que, en el fondo, pueden darse por satisfechos con los votos logrados, echando los perdidos en el saco de la abstención general. Ahora deberán asimilar la frustrante paradoja que supone constatar que a pesar de haber ganado, han perdido, que no es moco de pavo.
Lo del PSOE es asunto mucho más peliagudo, que éstos no es que se hayan dejado pelos en la gatera, es que se han desollado queriendo meter cabeza. El fracaso ha sido estrepitoso: 9 escaños y 650.000 votos menos que en las autonómicas anteriores. Y es que el mamoneo de los ere y los fondos de reptiles tenían que pasar factura a estos desahogados. Y una tasa de paro nueve puntos por encima de la media nacional, que ya es ansia, también. Y, sin embargo, Rubalcaba contentísimo, proclamando que era un gran día para el PSOE porque había empezado un nuevo ciclo político. Pues como todos los ciclos políticos que inicien bajo su batuta sean como éste, en ocho años están en el asilo de ancianos desamparados. Pero es que a ellos, con el fiasco de las encuestas, les ha pasado lo contrario que a los de Arenas, que estaban eufóricos. A ellos no les llegaba la camisa al cuerpo de modo que, con estos resultados, la paradoja se invierte y, habiendo perdido, se sienten ganadores. Por dos razones, porque el PP no ha conseguido la temida mayoría absoluta y porque ahora tienen la posibilidad de formar gobierno con el apoyo de IU. En esta última cuestión, yo que Griñán me tentaría la ropa, porque la cosa no está tan clara. IU está crecida y con razón. Es la única fuerza política que puede estar verdaderamente satisfecha con el resultado de estas elecciones, ya que, a pesar de que la abstención ha sido más de un 10% superior a la del 2008, son los únicos que han crecido en número de votos, 120.000, habiendo duplicado el número de escaños hasta 12. Con lo cual no es que tengan la llave del gobierno, es que tienen la llave, la puerta, el recibidor y la salita de estar, y están dispuestos a vender caro su apoyo. De hecho ya han surgido voces como la del alcalde de Marinaleda, Sánchez Gordillo, que piden un referéndum vinculante sobre el tema. Según él, apoyar al PSOE mandaría a IU al infierno y supondría su desaparición a corto plazo, como le ha ocurrido al PA. “Tenemos que remarcar nuestro perfil anticapitalista y no arrimarnos a un barco que se hunde, ni a una derecha troglodita”, ha declarado. A mayor abundamiento si, como él cree y yo también, el incremento de votos proviene de votantes socialistas cabreados. He tenido la paciencia de leer el programa de IU para Andalucía y, dependiendo de los mínimos que exijan para el pacto, la cosa promete porque hay propuestas, cuando menos, sorprendentes. Ya veremos. Lo que sí estamos viendo por aquí, al rebufo de lo anterior, es un reverdecimiento pactista al amparo falaz de la llamada “mayoría social de izquierda”. Y anda Vara tirándole los tejos y haciéndole cucamonas a Escobar y los suyos. Vamos, la escena del balcón entre Richelieu y los tres mosqueteros, que ya es gana de ver cosas. Y es que al relente, esperando que te echen la escala para subir y encaramar, las horas se hacen muy largas.
Este pasado jueves ha sido la huelga contra una reforma laboral que yo también considero injusta, y de la que abomino porque deja al trabajador indefenso ante los caprichos del Estado y de la patronal. Sin embargo, a pesar de estar a favor de la misma, ese día fui a trabajar, porque no puedo apoyar activamente a unos sindicatos a los que considero cómplices silentes de la catástrofe en la que nos encontramos. Porque me resulta imposible ir de la mano de unos dirigentes sindicales camastrones, apoltronados en la subvención, que han colaborado, por omisión, en el desastre y la tragedia de tantos millones de parados. O sea que huelga contra la reforma laboral sí, pero con Leoncio y Tristón ni a coger billetes de 500 euros. Además porque estoy seguro de que ellos se quedarían con todos y yo a la luna de Valencia. ¡Pues anda que no son finos!
sábado, 31 de marzo de 2012
sábado, 17 de marzo de 2012
SIN DERECHO AL PATALEO
El presidente del BBVA, Francisco González, en un simposio internacional celebrado en México al que han acudido banqueros de todo el mundo y representantes del sistema financiero internacional, ha declarado, respecto a las últimas disposiciones económicas tomadas por el gobierno del Partido Popular, que está convencido de que la mayoría de los españoles las apoyan. “No se preocupen. Estoy absolutamente seguro de que la mayoría de los españoles aceptan estas medidas y están dispuestos a aguantarse”, ha pontificado. El foro donde parió aseveración tan aventurada y enclenque no puede resultarme más inquietante, que allá fueron a juntarse una buena patulea de culpables de nuestras desgracias, seguramente para urdir nuevos mecanismos de expolio y asegurarse la inmortalidad capitalista. Porque estos virtuosos del birlibirloque siempre ganan. A nuestra costa. Cuando la economía crece, se hinchan como hipopótamos con aerofagia. Cuando la economía se rompe y entra en crisis, como hipopótamos pedorros. Pero se hinchan. Y digo yo, ¿qué derecho asiste al Sr. González para hablar en nombre de los españoles? ¿Quién lo ha investido para erigirse en portavoz de la mayoría de nosotros? ¿Cómo se atreve un señor que el año pasado ganó, que sepamos, casi cinco millones de euros, a decir ante un auditorio internacional de congéneres que la mayoría nos aguantaremos con lo que nos echen, recortes, contratos basura, despidos discrecionales, paro, desahucios salvajes? Me repatean las tripas estos lenguaraces insaciables que, desde sus privilegios, se permiten el lujo de sermonearnos pautas de solidaridad y mansedumbre. Ya no se conforman con robarte la casa y negarte préstamos, es que, en su avaricia sin límite, pretenden también uncirte y quitarte el derecho al pataleo. Es el colmo del ansia viva.
No hay duda de que la situación económica que nos ha dejado ZP, el suricato esdrújulo, con la colaboración codiciosa de la banca y la parasitaria complicidad de los sindicatos es terrorífica, y medidas de ajuste son necesarias para no arruinar España de manera irreversible. De lo que no estoy tan seguro es que éstas que se han tomado sean las que correspondan. O, al menos, que sean sólo éstas las que deban tomarse. Subir impuestos, bajar sueldos, aumentar el horario de trabajo, recortar el gasto en servicios básicos como sanidad, educación o dependencia y el ajuste de plantillas de empleados públicos, son botones de muestra de por dónde va el grueso de los tiros, siempre dirigido contra los que no tienen escapatoria, que ya me enerva. Pero lo que me saca de quicio es que estos padres de la patria, después de arrearte el estacazo, te vienen con la chufla del dolor que sienten al dártelo. Tiene guasa la cosa. Ya pueden meterse sus dolores metafísicos por donde el sol no alumbra, porque el cuento de que “esto me duele a mí más que a ti” no cuela. Ellos doloridos, aspirina virtual va y aspirina virtual viene, pero los descalabrados sin derecho a puntos somos nosotros.
Para que su dolor no sonara tan cínico podrían haber empezado por recortar gastos más cercanos, así sería más creíble su angustia existencial. Por ejemplo, eliminar las subvenciones a partidos políticos, sindicatos y patronal; tapiar ese pozo sin fondo cuajado de mamuts políticos que es el Senado, una institución inútil que es todo un paradigma del despilfarro y la sinecura; suprimir los privilegios de los que gozan senadores y diputados a la hora de pagar el IRPF, incluyéndolos en el mismo baremo que el resto de los ciudadanos; acabar con las ventajosas condiciones de movilidad que disfrutan y que les permiten viajar gratis, en preferente, por todo el territorio nacional con hotel pagado y dietas, sin necesidad de justificar el motivo del viaje; lo mismo para los parlamentarios europeos, otro saco de fósiles agradecidos, que amplían su radio de acción a todo el territorio de la Unión Europea; limitar los sueldos obscenos e indecentes de banqueros, adláteres y asimilados (Sáenz, el indultado de ZP y segundo de Botín, se merendó el año pasado 11,6 millones de euros); prohibir que las jubilaciones, solapadas o no, que cobran políticos de toda clase y condición sobrepasen el importe de la pensión máxima fijada por la ley; obligar a que los mangantes de cualquier pelaje devuelvan hasta el último céntimo choriceado, con los intereses que correspondan, así sea embargándoles hasta el tuétano y, en fin, penar con cárcel a los administradores públicos que, por irresponsables y manirrotos, lleven a la bancarrota a los organismos que presidan o gestionen. No sé cuánto se ahorraría con estas medidas, en absoluto exhaustivas, de lo que sí estoy seguro es de que, adoptándolas, seguramente se nos quitaría esta cara de primos paganos que tenemos ahora.
Por si todo lo anterior fuera poco, de un tiempo acá me viene obsesionando una idea tintada de negrura. Dando por sentado que otra causa de la situación catastrófica que padecemos fue la supina inanidad mental de ZP, estoy con las carnes abiertas temiendo, ¡ay, madre!, que el incompetente, además de ignaro, sea un gonizo redomado. Si es así no hay escapatoria, ya que la concurrencia de estas nefastas cualidades, unidas a la tontería innata del personaje, puede depararnos situaciones apocalípticas. Mis temores están bien fundados, porque fue anunciar este zopenco que se dedicaría a ser contador de nubes, para que se nos haya venido encima la mayor y pertinaz sequía de los últimos setenta años. Si esta jettatura cuaja (¡lagarto, lagarto!) no hay conjuro ni santero que nos salve.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)