sábado, 29 de septiembre de 2018

MARICÓN DESCONTEXTUALIZADO


En el periodismo, sobre todo en el deportivo, y en la política también, hay expresiones que no sé quién soltó un día, y quizá porque gustaron o porque sirvieron a sus continuadores para no tener que andar quebrándose la cabeza por encima de sus posibilidades, han quedado ya incorporadas al acervo de las retransmisiones deportivas, sobre todo futbolísticas, y de las excusas de políticos cogidos de marrón. En política y aledaños las víctimas de un indiscreto micrófono abierto, un imprudente exceso de confianza o una lengua más suelta de lo deseable en el escenario menos adecuado, han encontrado la varita mágica de la lingüística para intentar, con mayor o menor fortuna, escurrir el bulto: “Mis palabras han sido sacadas de contexto” es la frase mágica que esgrimen. Aquellos andan con el cancerbero, el cuero, el gambeteo, las lamidas de poste, los goles psicológicos y otras lindezas similares, y estos encaramados a la descontextualización de sus palabras.

(Fuente: EFE/El Confidencial)
Al salir a la luz el audio de las conversaciones habidas durante el almuerzo celebrado en el restaurante Rianxo, el día 23 de octubre de 2009, en el que se escucha a la ministra de Justicia del Gobierno de España, Dolores Delgado García, tildar de “maricón” al entonces juez y ahora ministro del Interior Fernando Grande Marlaska, la susodicha, después de negar la evidencia de primeras y de segundas hablar de manipulación de las cintas, acabó reconociendo que dijo lo que dijo pero, y aquí es donde la puerca tuerce el rabo, sus palabras habían sido “sacadas de contexto”, porque el epíteto no hacía referencia peyorativa a la sexualidad de su compañero ministro, al que parece que tiene en gran estima. Pues va a ser que no, mire usted. Según el DRAE, el contexto puede referirse al entorno físico y/o al entorno lingüístico del que depende el sentido de una palabra, frase o fragmento determinados, que es el que aquí nos interesa. Y creo que es el propio DRAE quien mejor puede delimitar dicho entorno. Y él nos dice que maricón es un adjetivo despectivo y malsonante, usado también como insulto, sinónimo de marica, que deriva del diminutivo del nombre propio María, y que significa afeminado (que se parece a las mujeres), apocado, falto de coraje, pusilánime, medroso u homosexual. Si la señora ministra utilizó un “adjetivo despectivo y malsonante que es usado también como insulto” para calificar a Marlaska, para qué marear más la perdiz y andar con chorradas. Lo insultó y lo menospreció. Y punto. Con lo que me parece que quien está fuera de contexto es ella, que ha quedado sin argumentos, con el culo al aire (valga esta locución adverbial malsonante y coloquial para no desentonar  con su lenguaje) y evidenciando todo lo que tienen de fariseísmo y postureo los idearios no sexistas de algunas.

(Fuente: EFE/El Confidencial)
Junto a ella, en el citado almuerzo de marras, se sentaban el entonces juez Baltasar Garzón (inhabilitado); el comisario Villarejo (imputado y en prisión); el nº 2 de la cúpula policial Miguel Ángel Fernández Chico (fallecido), y  los comisarios Enrique García Castaño y Gabriel Fuentes (ambos imputados). Y ante ellos la entonces fiscal de la Audiencia Nacional narró excitada cómo había sorprendido, en no sé qué local de Cartagena de Indias, a jueces y fiscales del Tribunal Supremo de España, cuyos nombres ya están saliendo en la prensa, acompañados de chicas menores de edad. ¿Cómo supo ella que las chicas eran menores de edad?¿Cómo supo que ellos iban a lo que iban? ¿Estaba hablando de pederastia? Habría que preguntárselo. Y creo que mejor en sede judicial si es que los afectados, que niegan los hechos y cuya reputación ha sido menoscabada por la lenguaraz, están en disposición de presentar la correspondiente demanda o querella o comoquiera que se diga.

(Fuente: La Sexta TV)
También Villarejo tuvo su momento de gloria al contar la red de prostitución que había montado para sacar información ‘sensible’ a políticos y empresarios de alto copete, que después entregaba a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Una red de “información vaginal”, la llama el tiparraco. ¿Se acuerdan de aquella frase de Rubalcaba?: “Mi ventaja es que yo lo sé todo sobre todos”. Pues ahí lo tienen: Vicepresidente y ministro del Interior en el gobierno del suricato esdrújulo por aquellas fechas. Y nuestra fiscal de la Audiencia Nacional, ¿qué medidas tomó ante la confesión de un delito tan flagrante? Ninguna, salvo ponerse de perfil y mirando al mar soñé. ¿Y hablan de las cloacas del Estado? Pues eso. Hay quienes las sufren, quienes la transitan en coche oficial y quienes se zambullen en ellas y bucean mientras miran al mar de perfil soñando ser sirena. O ministra. 

El exjuez Garzón ha salido como un desaforado (valga el chiste fácil) a defender a su amiga ministra. “Dolores Delgado ha dado su vida por España”, ha dicho. No creo que sea la frase más afortunada para la ocasión. A no ser, claro, que la considere ya un cadáver político.

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