sábado, 29 de abril de 2017

'LA TORNA' EN LA UEX

Tras la destitución fulminante, el pasado mes de febrero, de la secretaria general de la Universidad de Extremadura como consecuencia de la falsedad del certificado académico y del título de licenciado en Económicas, presentados por su cónyuge para concursar a una plaza de PDI en la Facultad de Empresariales y Turismo de Cáceres, publiqué en estas mismas páginas un artículo cuyo título, Desaparecidos en combate, hacía referencia a la actitud silente del rector y su Gabinete de Comunicación e Información sobre un escandaloso y sintomático suceso del que los no iniciados en los arcanos del círculo de los ungidos nos fuimos enterando por capítulos. Primero a través de la Radio Macuto que funciona, sin cables ni antenas, por los pasillos y despachos de la docta casa y, después, por la prensa regional. Por esta supimos que la UEx, o sea, su rector como máximo responsable, había ordenado la apertura de un ‘procedimiento interno de información reservada’ para averiguar cómo se pudieron compulsar títulos no auténticos del marido de doña Inmaculada Domínguez Fabián, la secretaria general fulminada. Y decía yo, entonces, confesando mis temores: “A ver si ahora el cabeza de turco de todo este asunto apestoso va a ser el funcionario que compulsó un título que quien le entregó -¿la propia secretaria general?- sabía que era falso de toda falsedad”. Pues dos meses largos después tengo que decir que, muy a mi pesar, mis temores se han cumplido. Porque aunque el sospechoso oscurantismo con el que se está siguiendo todo este proceso es ya de una turbiedad indecente, a través de Radio Macuto, cada vez más transmutada en La Pirenaica, nos enteramos días atrás de que al funcionario que compulsó los papelorios fraudulentos presentados por el cónyuge, o por su cónyuge, se le había abierto un expediente disciplinario. Una situación imprevisible y absolutamente injusta en la que el corporativismo recalcitrante de unos y la ineptitud o el entreguismo de otros puede acarrear resultados fatales para él, que le ha abocado a una depresión que lo mantiene de baja laboral.

(Fuente: idesinenter)
El mismo día, 2 de marzo de 1974, en que fue ejecutado Salvador Puig Antich en la cárcel Modelo de Barcelona, en la de Tarragona, 10 minutos antes, lo fue también Heinz Chez (Georg Michael Welzel), que había asesinado a un guardia civil sin motivo aparente. Su historia dio lugar a La torna, una obra de teatro escrita por Albert Boadella en la que, en tono de farsa, se presentaba esta ejecución como la maniobra criminal que el régimen franquista utilizó para tratar de restar significación política a la de Salvador. La ‘torna’ es el redondeo, la cantidad de mercancía que se añade para alcanzar el peso exacto que se precisa. Salvando la distancia sangrienta que separa ambos casos, mi impresión es que el funcionario expedientado ha sido, en este, el redondeo de la secretaria fulminada, la víctima añadida en esta farsa trágica.


(Fuente: Fonoteca de Radio)
Y es que, según lo veo yo, el expediente abierto es absurdo hasta lo esperpéntico, y solo puede entenderse si detrás de su apertura hay oscuras e inconfesables intenciones, politiqueo cortijero de baja estofa. Porque cuando se compulsa la fotocopia de un documento, lo que el funcionario está certificando es que dicha fotocopia es “fiel reflejo del original”. Con esta premisa, en el dislate que nos ocupa han podido ocurrir de cosas: 1ª). Que el marido de la secretaria fulminada, ella misma o ambos al unísono, presentaran original del título y fotocopia del mismo, (o incluso que el propio funcionario se ocupara de hacerla), con lo que la actuación de este es irreprochable. Porque, hasta ahora, la UEx no está dotada con un artilugio para detectar la falsedad o autenticidad de tales documentos, como hay para los billetes en bancos, supermercados y demás establecimientos; ni los funcionarios estamos capacitados para hacerlo. 2ª) Que solo presentaran la fotocopia del original, con lo cual habría que invocar el “principio de buena fe y confianza legítima”, a mayor abundamiento si se tiene en cuenta la auctoritas que un cargo académico como el que ocupaba la susodicha lleva inherente. Si la apelación a estas circunstancias sirvió para que los guardias civiles que secundaron a Tejero en su intento de golpe de Estado no fueran a juicio, cómo no va a servir ahora para que no se le abra expediente a este funcionario. Funcionario que, según se comenta en los mentideros, ha sido abandonado a su suerte por la fulminada. Otro dato más para poder ir atisbando la catadura moral de la interfecta que, incomprensiblemente, este mismo mes seguía presidiendo, tan pizpireta como siempre, la Comisión de Control del Plan de Pensiones de la UEx. La repanocha, primo.
(Fuente: elperiodicoextremadura.com)

1 comentario:

LaVeleta dijo...

Que gran verdad has escrito