sábado, 28 de noviembre de 2015

MUÑECOS DEL PIMPAMPUM

Hay quien pensará que las cojo meonas y que igual que en su momento hice protagonista “malgré lui” de mis artículos a Fernando Manzano, ahora he elegido a Fernández Vara como objeto obsesivo de los mismos. Pero no es así, ni muchísimo menos. Entre otras razones porque al otrora presidente de la Asamblea y, por tal, primo de su chófer, el actual presidente-consejero de la Junta no le llega ni a la altura de los “cotubillos”, mayormente en lo que a obsequiarnos con salidas trompeteras y descacharrantes se refiere. De modo que a cada cual lo que le corresponde. Lo que ocurre es que aquél anda recluido en el ostracismo, y éste lleva dos o tres semanas que no me da tregua: cuando no es el carajal del Consejo Consultivo es la filfa de la elección límpida y maravillosa de la nueva directora de la Cexma. Y cuando tampoco, es el viaje presupuestario de ida y vuelta. Qué culpa tengo yo si esta semana quería escribir de la jarca estupefaciente del “No a la guerra”, y Vara y su consejera de Hacienda, interfiriendo en mis planes, no me han dejado.

Porque lo cierto es que, a la vista de las declaraciones de ambos tras el rechazo en la Asamblea de Extremadura de los presupuestos para 2016, empecé a dudar de mi capacidad de análisis, incluso de mi capacidad de raciocinio. Qué digo, primo, creí que la senectud y el chocheo, que aún veía lejanos, habían acelerado la evolución degenerativa de mi cacumen dejándomelo hecho misto antes de lo que yo esperaba. O, por contra, que mi sesera, a pesar de sus renqueos, sus gripadas y los patinazos de su béndix, seguía funcionando con un mínimo de sensatez y posibilidad de discernimiento y lo que de verdad ocurría es que estos dos nos tomaban por imbéciles de baba y goma, valga el plural mayestático. Que al final, visto lo visto, es a la conclusión lenitiva y tranquilizadora a la que llegué, porque prefiero que me tomen por tonto sin serlo que al contrario, que es lo que les puede pasar a ellos. Eso, o que se exhiban como unos embusteros de tomo y lomo, dos posibilidades, por otra parte, no excluyentes en el caso concreto que nos ocupa.

Haciendo una retrospección narrativa diré que, como me olía la tostada de que estos presupuestos viajeros iban a tener la víctima propiciatoria de siempre, el jueves, nada más llegar a casa, consulté la edición digital de este periódico. Y ahí se confirmaron mis presagios, pues me encontré con el siguiente titular: “La Junta avisa de que prorrogar los presupuestos dificultará cumplir los compromisos”. Y sigue en la entradilla: “Pilar Blanco-Morales Limones ha señalado como ejemplo el pago del 75 por ciento de la paga extra de 2012 a los funcionarios”. Como la noticia llevaba anexo un video, pude oír y ver a la consejera en cuestión, hablando por boca de ganso con su lánguida verborrea entrecortada y su mirada pendular, largar sin recato la trola. Porque de entrada, señora mía, si una parte de la extra iba a ser pagada en diciembre de este año, ¿qué puñetas tienen que ver, para hacerlo o no, los presupuestos del año que viene? Y de salida, como bien ha dicho Monago, (que a cada cual lo suyo, repito), la prórroga de las cuentas no impide realizar las modificaciones presupuestarias que haya que hacer para pagar lo que se quiera pagar, incluida la restitución a los empleados públicos de lo birlado hace tres años. De manera que a otro perro con ese hueso, camueso. ¿La culpa del incumplimiento del compromiso con los funcionarios es del PP por votar con Podemos la devolución de las cuentas? Pues de eso nada, monada. La culpa es de un presidente-consejero, de primeras, bisoño, si no torpe y, de segundas, escurridizo, si no falaz. A pesar de que en su blog, refiriéndose a su antecesor, titule con descaro Cuando lo primero no es Extremadura, para venir a decir por descarte, no sé si presa del éxtasis de una transustanciación laica, que él y sus presupuestos sí que lo son. Pues sí que empezamos pronto con las levitaciones mesiánicas, colega.


En fin, el asunto sería chusco si no afectara a la vida de un colectivo tan numeroso en Extremadura como somos los funcionarios, por lo que se ve,  juguetes de los políticos de uno y otro signo y muñecos del pimpampum a merced de sus intereses más mezquinos. Y ya está bien de choteos y de desprecios. Espero, si esto acaba tan mal como me temo, que los sindicalistas “de clase” liberados no se dediquen a vegetar y a vivir del cuento como hasta ahora y sepan estar a la altura de las circunstancias. Aunque me parece que esto es como pedir uvas al espino, un tremendo desatino. 

No hay comentarios: