martes, 17 de junio de 2008

CONSECUENCIAS

- El tedio de los días es un ensayo lento de silencio. Acostumbrar la noche a las pupilas. Terca e interminable preparación de adiós.

- Nadie presta su voz en este sueño que amanece. Tendré que hablar conmigo, noche entera. No sé si lograré hacerme entender.

- La noche aún no conoce que no es la luz la vida y se lamenta, triste, de su oscuro destino. Ignora la mentira del cielo azul. No sabe que la luna se aprovecha del sol y, ya melancolía, arregla la falsedad de su belleza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha gustado.