viernes, 5 de abril de 2019

MONSERGAS E IDIOTECES POLÍTICAS


Cada vez que llegan elecciones me acuerdo de León Felipe: «Yo no sé muchas cosas, es verdad. / Digo tan sólo lo que he visto. / Y he visto: / Que la cuna del hombre la mecen con cuentos… / Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos… / Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos… / Que los huesos del hombre los entierran con cuentos… / Y que el miedo del hombre / ha inventado todos los cuentos. / Yo no sé muchas cosas es verdad. / Pero me han dormido con todos los cuentos… / Y sé todos los cuentos». Si él viviera y viera la realidad de ahora, se daría cuenta de lo corto que se quedó en su poema. Porque los cuentos ya no sólo son inventados por el miedo del hombre, que también, sino por los cuentistas que crean ese miedo y se aprovechan de él. Dadas las circunstancias actuales, con la irrupción ultramontana y grosera de Vox, la inseguridad del PP, los devaneos de Ciudadanos, la inconsistencia del PSOE y la constatación de la vacuidad de Podemos, la tabarra que nos están dando los líderes políticos y sus adláteres, monaguillos y sacristanes, está siendo de órdago a la grande. Lees periódicos, escuchas la radio, ves telediarios y, dada la monotonía de sus oratorias, lo reiterativo de sus discursos, el empecinamiento en propagar sus carencias y la riada de retruécanos, anacolutos y tópicos que exhiben, te sientes inmerso en un bucle temporal mareante sin saber en el día en el que vives, si es ayer, la semana pasada, el mes anterior o, rizando el rizo de la pesadilla, el día de mañana.

En algún momento de esta angustiosa y prolongada alucinación, por mor de mis ramalazos hipocondríacos, he llegado a pensar que, a pesar del estricto cumplimiento de la posología prescrita, mis problemas de riego sanguíneo se habían agravado, reverdeciendo las microisquemias en mi putamen y, con ello, los colapsos de flujo sanguíneo en la zona. Porque la sensación de estar viviendo lo ya vivido es palmaria. Estoy convencido de que a alguien que no esté metido en el meollo de esta vorágine propagandística, siempre impostada y con frecuencia panfletera y demagógica, que es la mascarada electoral, le colocas el video de una arenga de esta o la anterior precampaña, campaña o poscampaña, y no sabe decirte si es de ayer mismo o de hace 3 años. O a la viceversa. Y la irrupción de Vox, que podría servir como distintivo de actualidad, no hace sino empeorar este problema de retroactividad hasta hacerlo involutivo, porque los tres años se incrementan hasta 50 y, con ellos, vuelven a florecer las imágenes siniestras de los brazos en alto en la Plaza de Oriente de Madrid. Pues eso: Todo sea por España, camarada, y por su Revolución Nacional-Sindicalista. Faltaría más.

Por si no tuviéramos bastante con la tabarra vocinglera de unos y otras, después están las idioteces. Porque no solo de Monago en chándal fosforito retozando entre encinas viven los aprendices de brujo, tipo Iván Redondo, que asesoran a los próceres y ocupan gabinetes y despachos. También lo hacen de inventarse lemas como el de la actual campaña del PSOE, que bien parece ser la parida de un ‘pepero’ infiltrado en sus filas; o la mamarrachada de Vox, anunciando su inicio oficial de campaña, ignoro si a caballo, en Covadonga, como metáfora cutre y facilona de la nueva Reconquista que proclama; o el cartel que anunciaba la vuelta a la actividad política de Pablo Iglesias tras su baja por paternidad, un engendro rezumante de machismo cesarista de lo más cochambroso.

Siendo los anteriores claros ejemplos de hasta dónde puede llegar la idiocia militante de algunos, son ‘peccata minuta’ con lo que se puede encontrar en Internet. Y, además del video de Ada Colau, ha habido un hallazgo que me ha impactado de manera singular sirviéndome, incluso, como lenitivo de las monsergas recalcitrantes padecidas. Tiene como protagonista a Juan Antonio Morales Álvarez, antaño secretario general del PP de Badajoz y diputado por esas siglas en la Asamblea de Extremadura, y hogaño afiliado a Vox, que tiene el dudoso honor (que con su pan se lo coma y se le atragante) de haber sido nombrado por la Fundación Francisco Franco “Caballero de Honor” por su "labor destacada en la defensa de la verdad histórica y de la memoria del Caudillo y su gran obra". Pues el interfecto aparece en un video, a orillas de un río (¿el Gévora, quizá?) en defensa de la caza y de los cazadores soltando el consabido rollo. A su lado, y ahí reza el motivo de mi hilaridad perpleja, aparece un figurante impertérrito y estático, con los ojos desenfocados, vestido con un  disfraz mitad Peter Pan, mitad Robin de los Bosques, que quizá sea una alegoría sublime pero que mis cortas entendederas no son capaces de desentrañar. ¿Qué pinta allí ese mamarracho mudo? Lo ignoro. Porque cuando el corifeo acaba su patosa perorata el tal, claro, hace ‘mutis’ a su compás llevándose con él y con su silencio la razón de su presencia y la enjundia de su icónico mensaje. ¡Lo que es el arte, primo!   
  

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