sábado, 9 de febrero de 2019

EL QUIMÉRICO ESCRITOR


Ahora resulta que además de funambulista, actor figurante y especialista en pirotecnia, es escritor el tío. Digo el actual presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, que nos anuncia la próxima salida de su Manual de resistencia, editado por Planeta, claro, como no podía ser de otra manera. (Y perdónenme que utilice esta expresión manida que, al menos a mí, me da por saco a base de bien). A pesar de que, lo reconozco, creo que es capaz de ser un portento. Digo si todo es como nos lo presentan. Porque tiene muchísimo mérito que el presidente de un país como el nuestro, España, con las que tiene encima: el problema de Cataluña, la situación de Venezuela, la lengua desatada y torpe de Carmen Calvo largando necedades, los lastimosos datos del paro y la afiliación a la Seguridad Social de este último mes de enero, la dramática situación de los inmigrantes que llegan a nuestras costas, los PGE secuestrados por los independentistas y lo que te rondaré, morena, sea capaz de encontrar tiempo y sosiego para, además de dedicar su vida a salvarnos del  desastre y levantar el país, escribir un libro para ilustrarnos y darnos a conocer la fortaleza de espíritu que le ha permitido llegar hasta donde ha llegado. Lecciones de resiliencia, se dice en el prólogo. Y una ‘fu del catafú’, pensé al leerlo. Lecciones de acomodo y culebreo, más bien. Y de entrega, interesada y pusilánime a la situación de la que, ahora, dizque pretende protegernos después de meternos en ella. El cinismo de los mediocres y los resentidos es lo que tiene, que con tal de conseguir llegar allá donde sus delirios de desquite quieran encaramarlos, se llevan por delante a dios, a su padre o a un país. Sin escrúpulos de clase alguna. Ya lo dice el refrán: «El que siendo servilleta llega a mantel, dios nos libre de él.»

Pues, siguiendo con el libro de marras, al primer tapón, zurrapa de corta y pega. Porque en el año 2016, Luis Martín Arias, catedrático de Farmacología de la Universidad de Valladolid, publicó, en la editorial Castilla Ediciones, Contrapolítica. Manual de supervivencia. ¿Coincidencia casual? Quiero pensar que sí porque el libro del doctor (este sí) Martín nos convida a defendernos de la política, impidiendo que invada y ocupe no solo el espacio social sino, sobre todo, nuestro espacio individual. O sea que, premonitoriamente, el doctor (este sí) Martín nos estaba alertando, entre otras cosas, contra libros como el de Sánchez. Por eso digo yo que la coincidencia en el título ha debido de ser fortuita, porque se necesita ser muy torpe para copiar el título de un libro que nos incita a que no compremos el nuestro. (Mira tú, primo, la guasa que tiene la cosa: Mientras escribía lo de «se necesita ser muy torpe» he cambiado de opinión sobre la marcha. De fortuita, nada. Ahora estoy convencido de que la coincidencia ha sido, sin duda, exprofeso).

Y por si era poca la chicha, ahí tienes cuarto y mitad. Porque resulta que el libro no lo ha escrito él, sino una señora llamada Irene Lozano. Así que de escritor y de portento, nada de nada. Él hizo el papel de relator no más, entendida su función no como la que ha pedido desempeñar el pequeño Nicolás en las conversaciones entre el gobierno de España y los independentistas catalanes, sino como la del que «da a conocer, de palabra o por escrito, un hecho verdadero o ficticio». Él mismo lo confiesa en el prólogo: «Este libro es fruto de largas horas de conversación con Irene Lozano, escritora, pensadora, política y amiga. Ella les dio forma literaria a las grabaciones, prestándome una ayuda decisiva. Sirvan estas líneas de agradecimiento». ‘Ella les dio forma literaria’, dice el payo de manera eufemística. En román paladino, ella las escribió y les dio coherencia de libro, digo yo. Y no hay más tío páseme usted el río. Lo que nos queda por saber es si sus muestras de agradecimiento acabaron con esta declaración, o debemos incluir en ellas el nombramiento de la escritora/escribiente como Secretaria de Estado encargada de la España Global, antes Marca España, con un sueldo bruto de 70.000 euros anuales.

En cualquier caso, de este sainete aún queda el rabo por desollar. Porque siendo este eximio andoba el primer presidente de la democracia que publica un libro estando en activo, desconociéndose todo de la relación contractual que lo liga al grupo Planeta y si tenemos en cuenta que dicho grupo, además de 43 editoriales controla un periódico de tirada nacional, 7 revistas, Atresmedia (3 emisoras de radio y 6 cadenas de televisión), el 70% de la Universidad Internacional de Valencia y otro montón de empresas más relacionadas con las áreas de formación, audiovisual e inversiones, ¿no habrá motivo de incompatibilidad en las decisiones que pueda tomar como presidente y que afecten, para bien o para mal, a cualquiera de estas áreas? Pues yo creo que sí lo hay. Pero, como doctores tiene la Santa Madre Iglesia, esperemos a ver que dicen don Cicuta y los supertacañones. O Carmen Calvo, que también.

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