jueves, 24 de abril de 2008

UNA DE MOVIOLA

No sé en qué momento de estos días me han venido recuerdos de hace más de treinta años. Vivía Franco, íbamos por los pueblos recitando con la justa intención de decir lo que, por obvio, no podía decirse. Y la poesía que hacía por aquellas fechas era urgente y de trinchera. Bueno, más bien la que leía. Yo pensaba que no era momento de andar con excesivas florituras, porque la situación era bastante lúgubre y corría el riesgo de que el lirismo oscureciera el mensaje. Y así anduve varios veranos, sin carro subvencionado ni gaitas, dando la matraca y, a veces, jugándome algo más que el estilo literario. Aquello murió intubado y con aquello, al cabo del tiempo, se acabaron las prisas literarias.

Y no cuento esto ahora a beneficio de botafumeiro, que el incienso me empalaga a tal manera que ni cuando la palme quiero olerlo. Lo hago por el repente sentido de estar viviendo en una excitación similar a la de aquella época. Es más, a veces me parece estar viviendo aquella época tenebrosa, con su represión, con su injusticia. Y quizás ocurra que queriendo enfocar este blog, a veces, a lo que de actual tenga la vida, en algún momento transforme la noticia en carne de guerrilla y anteponga la contundencia a la ironía, la claridad al ringorrango. Tal vez porque, después de tanto intento de silencio por parte de los actuales y aventajados émulos de la edad oscura, prefiera la estampida al pastoreo.

Y todo ello a propósito de que si, en ocasiones, mi imagen de poeta, si es que la hubiere, tornárase nublada ante el lector por alguna expresión que pudiera parecer fuera de tono, francamente me importa un rábano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amigo Jaime: Bienvenido a la red, o bien hallado, ya que ha sido una enorme alegría verte por mi correo con tu escueta nota de que tienes un blog... Me ha enbargado la emoción y la alegría me ha hecho salir gritándola a la gente con al que vivo estos días por Catalunia, vera Barcelona y en el monte. Y te juro que no es por anoranza del terruño extremenio (sic), sino por verte en la brecha y entero, sin espanto y dispuesto a darnos la alegría de leerte.
Poco más, la ocasión no me es ahora propicia sino para la nota breve y de expresión de mi alegría por tu singladura en este mar de todos los piratas y todas las pirañas de agua salada, de todas las libertades y de todas las esclavitudes.
Y sí, la cosa se pone a veces como en la época oscura esa que refieres en esta entrada. Pero la voluntad, la creación, la alegría y la vida están de esta parte, o las convoco. Te enlazo y es mi abrazo de bienvenida.
¡Benvingust, y palante!