jueves, 6 de mayo de 2010

BAJO EL SOL DE MIS DÍAS


El pasado 21 de abril presenté en Badajoz “Bajo el sol de mis días”, libro ganador del XXVIII Premio de Poesía “Ciudad de Badajoz”. Lo ha escrito José Iniesta Maestro, Licenciado en Filología Hispánica nacido en el año 1962, en Valencia o sea, en el Mediterráneo, del que ha recogido, en poesía, la luz y el sabor y el olor. Persona entrañable y cercana, agradecida por generosa, extraña y distinta en este mundo literario de premiados y premiantes donde suele abundar tanta nadería prepotente, tanta vanidad, tanto presuntuoso encaramado en la fragilidad de pedestales hechos de plumas de pavo real. Apuntaré que el Jurado fue unánime al concederle el premio y que, a mayor abundamiento, este poemario fue finalista del “Loewe” y del “Fray Luis de León”. O sea, que no debimos andar muy desencaminados al darle el “Ciudad de Badajoz”.


De los cinco libros de poesía de Iniesta, en tres de ellos el título tiene que ver con el tiempo. Pero el que nos ocupa, con la inclusión del posesivo “mis” días, viene ya a decirnos que no estamos hablando del tiempo como concepto abstracto, objetivo, sino del tiempo subjetivo, porque no es de su paso imparable de lo que nos hablará el poeta, sino de la interiorización de ese paso, de la “subjetivización” de los días, del hueco (quizás la palabra más presente en el poemario) que la vida nos va dejando a medida de ir viviéndola y, también, de la posibilidad de encontrar vida en la muerte, futuro en el pasado, plenitud en la oquedad. Porque a lo largo de todo el poemario existe una constante cercanía de contrarios, haciendo complementario lo antagónico, unificando opuestos en un intento de recuperar, ya desde la dedicatoria, aquello que fue en lo que ahora es: “A mis padres, siempre, ahora que es ya nunca”. Cuatro adverbios de tiempo en nueve palabras.


En el poemario encontramos también, como no podía ser de otra forma para un mediterráneo, continuas referencias al entorno, al paisaje, urbano o no, como evocación salvadora, al panteísmo como una manera de recuperar lo que parecía perdido pero, por el hecho de recordarlo en una nube, una luz, un sueño, unas hojas que caen, un jazmín que persiste, un tren que regresa, vuelve a existir siquiera sea en la fragilidad de un poema. O en su contundencia. En “El abrazo”, dedicado a su hija Irene, desde mi sensibilidad uno de los más tiernos y definitivos, hay también una buena muestra emocionante de todo esto: “Regálame los nombres olvidados,/el antiguo rumor/del viento entre las hojas/en el centro inocente de tu amor./Devuélveme, hija mía, con tu beso/los besos que no di,/las palabras calladas/ y las frutas mordidas bajo el sol de otras tardes.”


Volver a sentir el tiempo que se ha ido y, así, sacarlo de la destrucción que es el olvido, esa es la meta. Antigua aspiración de los que vivimos es hacer de nuestra vida, de nuestro pulso, de nuestro tiempo, de nuestros días, un continuo palíndromo, darnos la libertad de desandar lo andado, de conseguir una lectura al revés que nos siga diciendo lo que somos porque fuimos, lo que seremos porque somos, “de vivir en el tiempo que ya ha sido”. Incluso hay un poema, “Del tiempo y sus castigos”, que es, también, el título del primer libro publicado por Iniesta. Lo dicho, la vuelta al inicio, el tiempo circular que pretendemos, el guiño perfecto al “soy porque fui”.


He de decir que me supuso una gran satisfacción poder presentar este libro, magnífico, de poesía. Me he acercado a él como un confesor, (la poesía es confesión), con el corazón abierto al abierto almario del poeta. Y así he sentido y me he estremecido a su compás, compartiendo sus dudas, sus angustias, su nostalgia, sus pérdidas, su amor y sus amores, su asombro. He recorrido sus páginas y cobijado en mis manos la vida derramada, la sangre, el pálpito, la luz que sobrecoge a las noches perdidas, el misterio poético tan cruel y tan dulce. Al fin, la voz atribulada del poeta que sueña la ceniza, “la nada recordando el resplandor del fuego”.

3 comentarios:

Carlos Rivero. dijo...

Hombre Jaime!.Vuelves a hacer poesía de la poesía.Te pones a presentar (comentar) un libro de poesía y te sale otro hermoso poema.
Bella introspección sobre el poemario de este hombre.
Se nota que engranas con sus esencias y lenguaje expresivo.
Un abrazo amigo Jaime.

La cueva de los locos dijo...

Simplemente decir que acabo de terminar el libro y me ha parecido de una belleza irresistible. Creo que es un poemario a tener en cuenta. Seguramente publicaré una reseña de el en mi blog. Un abrazo

JJ

Muli dijo...

Preciosa crítica.Me compraré el libro "Bajo el sol de mis días".
Besos.