lunes, 14 de diciembre de 2009

MI AMIGO MANUEL

Mi amigo Manuel, dueño del Bar Deportivo del Jamón (excelentes tapas, exquisita cerveza, trato familiar) es un hombre culto y sensible. Normalmente buen conversador, en ocasiones sufre abscesos de lo que, con sorna, hemos dado en llamar "el sentido trágico de la vida". Cuando ello ocurre, aplica economía en las palabras y anda, detrás de la barra, con la mirada baja y el paso cansino atendiendo a los parroquianos que allí acudimos en romería. Estas arremetidas de angustia no tienen una duración previsible, pero siempre un pico en el que hacen crisis. Cuando el barrunto metafísico está en lo alto, ha acuñado una frase que, colgada de una media sonsrisa, me suelta junto a la caña: "Jaime, si no fuera por el alcohol y el tabaco, yo estaría muerto hace mucho". ¿Puede haber una máxima, en estos tiempos de cursilería sostenible que vivimos, tan políticamnte incorrecta y tan definitiva? Yo me regodeo con su retranca y lo beatifico, cerveceramente hablando, mientras él se aleja, socarrón, camino del grifo.
Y, al cabo, cuando el arrechucho existencial hace crisis y parece que la luz asoma por entre las espinas, Manuel, sobre el esquema del planteamiento anterior, aplica ya un matiz que mitiga su contundencia: "Jaime, si no fuera por el alcohol y el tabaco, yo ya me habría vuelto loco". O sea, Cioran para todos. Iconoclasia con aceitunas.
Entonces sé que ha llegado el momento de encender un cigarro y pedirle otra cerveza sabiendo que, con recochineo, me contestará: ¡Voy "deseguida"!.
Y así, él y yo, seguimos viviendo sin volvernos demasiado locos
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1 comentario:

Carlos Rivero. dijo...

Tambien narras con espléndida sencillez poética las historias cotidianas, dotándolas de una especie de transcendentalidad eterna..
Un saludo.