jueves, 23 de julio de 2009

JDV


16 años ya sin Jesús. Sin Jesús Delgado Valhondo. En la madrugada del 24 de julio de 1993, insomne, desquiciado, escribí este poema, que se publicó en el Cuaderno Poético Kylix número 29.

JESÚS 23 DE JULIO
Para Joaquina y Jesús y Felipe y Sofía.

Amanece.
Aún parpadea la tarde.

Acabo de llegar de oír el silencio.


Es 24 ya, Santa Cristina,
el santo de mi hermana.
Están los grillos
musicando la pena
mientras la vida vive de su asombro
y late el corazón sin saber dónde.


Amanece.
Acabo de llegar de hace mil años.
Aún persiste la tarde repetida
y está el amor subiendo
como un amargo mar hasta mis manos,
dulce recuerdo
en el que ya no caben más recuerdos:
oigo tu voz, pero es todo silencio.


Ahora me esperas más allá de siempre.
Se ha dormido el dolor. Respira fuerte.
Hay una sensación de desamparo
recorriendo la casa. Impertinente
me pregunta la ausencia por tus manos.
Duda el reloj, monótono, sus horas,
que ya no son las nuestras:
Yo no sé responderle.


Amanece.
Me mira el sol los ojos.
Se asoma por detrás de los olivos
para darme calor. Y es este frío
el que me tiene insomne,
transparente,
frágil como un carámbano,
sombrío,
viajero del recuerdo,
apabullado
por tanta rigidez,
por tanta muerte.

Es hora de salir hacia la vida
(hace rato que dieron ya las siete)
pero no muevo un músculo:
yo sólo tengo ganas de quererte.


Es hora de salir. Pasó la noche
por detrás del dolor. La luz
va vistiendo de sábado a la gente.

Un grillo canta triste junto a mi corazón
y en tus manos, Jesús,
porque amanece.





3 comentarios:

Carlos Rivero. dijo...

Jaime ,te echaba de menos...Es tan hondo ,hondo..y claro ,claro.. que duele profunda y suavemente.
Enhorabuena.

Juan dijo...

¡Qué maravilla de poema!
Emocinante y sentido.
Un abrazo,amigo mío.

Muli dijo...

Muy emotívo el poema que dedicaste a tu amigo del alma.
Inolvidable J.D.V para todos los que tuvímos la suerte de conocerlo.
Un beso muy fuerte Jaime.