viernes, 29 de agosto de 2008

OTRA VEZ LOS GIRASOLES CIEGOS


Pues, como esperaba, no han estrenado la película en Badajoz. Están "La momia 3", "Mamma mía" y algunas obras de arte más. Estos modorros no dan un respiro a las neuronas. En el fondo no sé si alegrarme, que los prejuicios andaban ya bailando en la cabeza después de la portadita cursi.

Y hablando de prejuicios, me gustaría que mi comunicante anónimo venciera los suyos y leyera este libro. Verá, o al menos así lo sentí yo, que no es en absoluto maniqueísta. Nada de buenos y malos. Tan sólo, vencedores y vencidos. Y comprobará que es un libro magnífico.

Para tratar de convercerle, recupero el artículo que publiqué en El Periódico Extremadura, cuando escribía en él correspondiendo a la petición gimoteante de su director:

"Es el título del libro que me recomendó mi amigo Ángel Gata. Cuatro historias de la inmediata posguerra civil, años que intuyo más crueles que los de la propia guerra porque, en esa “paz”, la justicia se transformó en venganza y la sangre de la batalla en odio, mecánico y frío, sin alma. Sólo odio. Y el instinto de supervivencia dejó paso a las ansias de aniquilación. Su autor es Alberto Méndez, fallecido en 2004. El pasado martes debería haber recibido el Premio Nacional de Narrativa 2005 por esta obra. Parece como si el trágico destino de sus personajes hubiera contagiado al suyo propio. Cada capítulo es una derrota, comenzando en 1939 y terminando en 1942, sutilmente enlazados dos a dos, quizás con el deseo del autor de dar al libro una cierta unidad. En el fondo, historias de amor en unos años sórdidos, en los que la esperanza de los vencidos había sido borrada del mapa al tiempo que se escribía el último parte de guerra. Y en las que el desánimo se difumina sólo en la duda de si los derrotados no son, en realidad, los vencedores. Escrito con una prosa profunda, tristísima en su belleza, hermosísima en su amargura, en la que el silencio sobrevuela por encima del amor y de la angustia.

Os invito a que leáis este libro y os emocionéis al compás del Capitán Alegría, Eulalio Ceballos, Juan Senra y Ricardo Mazo. Os aseguro que, desde su limbo mágico y palpitante, os agradecerán vuestro consuelo solidario. Al fin, es la victoria que les queda, lo único que les han dejado."

1 comentario:

Anónimo dijo...

He leído el libro "Los girasoles Ciegos",me gustó mucho.Es verdad que lo empecé a leer con cierta prevención,tenía miedo de que fuera una historia de buenos y malos como escribe el comunicante anónimo.Pero tengo que decir que el libro me pareció una obra maravillosa que me encantó.
Con este libro me ha pasado como con "Los peces de la amargura".Los dos me han dejado huella.