sábado, 11 de noviembre de 2017

REPÚBLICA INDEPENDIENTE DE 'LOS COCOS'


(Fuente: youtube.com)
En la película “Su excelencia”, Cantinflas es López, (Lopitos), último funcionario de la escala y canciller de la embajada de la república de “Los Cocos” en Pepeslavia, país hegemónico del bloque comunista y enemigo acérrimo de Dolaronia, líder de occidente. En una próxima asamblea que reunirá a todos los países del mundo, habrá de decidirse si este es acaudillado por los colorados de Pepeslavia o por los verdes de Dolarania. Y hete aquí que el voto del representante de la minúscula y en principio desdeñable república de “Los Cocos” es el que puede inclinar la balanza hacia un lado o hacia el otro. A una cena de gala prevista en la embajada a la que asistirán altos mandatarios pepeslavos, y ante la negativa del embajador a sentarse a una mesa con trece comensales,  (“cuando el tecolote canta, el indio muere; no será cierto, pero sucede”, dice para justificar su aprensión), se adopta la decisión de invitar a Lopitos para romper el mal fario de número tan nefasto. Durante su transcurso se producen en “Los Cocos” tres golpes de estado consecutivos que suponen tres cambios de embajador inmediatos. El último de ellos, perpetrado por los serenos, la policía auxiliar y el honorable sindicato de barrenderos capitaneados por el doctor Belendre, a la sazón padrino de Lopitos, lleva aparejado el encumbramiento de nuestro canciller al puesto de embajador extraordinario y plenipotenciario de la república de Los Cocos en Pepeslavia. En fin, la escena es una hipérbole disparatada llena de guiños críticos y con algunos diálogos y peroratas desternillantes.

(Fuente: rtve.es)
Desde el comienzo del culebrón secesionista catalán la película ha estado paseando por mi cacumen como Pedro por su casa. Ver aparecer a Puigdemont con sus guedejas lacias, escuchar su sonsonete aflautado y venírseme a la cabeza la imagen del presidente de Pepeslavia, era todo uno. Y comprobar que el desarrollo de los acontecimientos me iba dando la razón hasta hacerme considerar más plausible la caricaturesca y ficticia república de Lopitos que la que dice presidir el exiliado gerundense, ha logrado variar la perspectiva de mi análisis.  El punto de inflexión que hizo que mi punto de vista sobre el particular haya discurrido de la indignación al pitorreo fue sin duda, por un lado, la huida vergonzante del blandengue y sus adláteres a Bruselas;  por otro, las manifestaciones prosopopéyicas desde la cárcel de los exconsejeros encerrados. Soy incapaz de contener la risa floja ante lo grotesco que resulta ver a unos actores engolados y peripatéticos que creen representar una tragedia griega cuando el guión que siguen es el de una astracanada infumable. Como la cosa va de mártires y por seguir con guiños cinéfilos, mientras yo estoy riendo con “La vida de Brian”, ellos se creen estrellas de “La historia más grande jamás contada”.  No tiene precio oírles o leerles frases tan grandilocuentes y, en ocasiones, ‘originalísimas’ o con graves errores de redacción, como: “Se pueden encarcelar las personas, no las ideas”; “No te limites a contemplar estas horas que ahora vienen. Baja y participa. No podrán nada ante un pueblo unido, alegre y combativo”; “Si el precio de la libertad es la prisión, no renunciaremos nunca a la libertad”; “Superar el miedo es el camino hacia la libertad”. Y, por redondear el muestreo, la de Junqueras en plan padre Karras, que ya es la repanocha: “Haced cada día aquello que esté a vuestro alcance para que el bien derrote al mal en las urnas del 21D”. ¿La habrá escrito con estola e hisopo en ristre prestados por el obispo de Solsona o el párroco de Calella?


(Fuente: el español.com)
En el momento en que escribo estas líneas, el último acto de esta farsa cochambrosa ha sido la declaración de la señora Forcadell en sede judicial. La que se suponía ‘dama de hierro’ del independentismo más contumaz e irredento, al final ha resultado ser de latón, como el cacharro de mi abuela. Ante el juez del Tribunal Supremo la tal ha hecho el salto del tigre con doble mortal inverso para ayuntar con el artículo 155, renegando de la proclamación de la república al justificarla como un simple experimento de sociología política. Y ahora anda a la espera de los 150.000 del ala para salir de najas de Alcalá Meco. La que hace unos días  arengaba a los suyos con un “ni un paso atrás” contundente, ha reculado ahora como matalona empaquetada. No sé si habrá mentido al juez o mentía cuando presidió la ignominiosa sesión del Parlament que dio el pistoletazo de salida a este circo, de lo que estoy seguro es de que en ambos casos lo habrá hecho con la misma cara de palo a que nos tiene acostumbrados.



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