sábado, 9 de julio de 2011

CAYOLARA, BABY

“Abandonad toda esperanza”, figuraba en el frontispicio del infierno de Dante. No puede haber mensaje más descorazonador y más contundente. Y, en estos últimos, al menos, veinte años, no es que yo me sintiera en algún infierno, pero bien es verdad que había abandonado toda esperanza de que la política en Extremadura fuera algo vivo. Parecía que la región había entrado en una siesta modorra y pegajosa, enganchada a una noria cansina que no propiciaba sorpresas, una rutina aburrida. Cada cuatro años, con motivo de las elecciones autonómicas, asistíamos a un recalcitrante “déjà vu”. Se sabía de antemano lo que iba a pasar, se repetían discursos y promesas, las mismas mentiras y el mismo resultado. La red de clientelismo y miedo que se iba formando año tras año, la idea patrimonialista del poder marcada a sangre y fuego en esta casta de caciquillos de tres al cuarto, contribuía a encastrar al partido político dirigente en un sistema cada vez con más telarañas, cada vez oliendo más a rancio, más a régimen. Tan es así que no me hubiera sorprendido que, en un momento concreto, nombraran consejero de algo a Solís Ruiz o en la Asamblea se apareciera, como por ensalmo, “el espíritu del 12 de febrero”, de añejo que sentía esta suerte de inmovilismo pertinaz.

Pero hete aquí que el día 22 de mayo todo cambió como de la noche, que parecía interminable, al día. De tal manera que en este mes largo ha habido más vida política en Extremadura que en los últimos 25 años de paz. El PP ha ganado las elecciones porque, qué cosas, 32 son más que 30 por culpa del derechón cavernario de Pitágoras, y los vetustos cimientos que algunos paniaguados creyeron eternos vinieron abajo con estrépito, y fue el llorar y el crujir de dientes en las huestes otrora altivas, sectarias y prepotentes y ahora temosas, incrédulas y desconcertadas. Algunos mandilones, viendo sus prebendas volar, se aferraban a la idea de una mayoría de izquierdas y trataban de presionar histéricos con argumentos tan falaces como demagógicos. Sabiendo que de los 3 escaños de IU dependía, si los apoyaban, el seguir disfrutando de sus canonjías, procuraban ahora dorarles la píldora envenenada. Al mismo grupo político que, durante estos años, han despreciado, humillado y atracado y del que, en su momento, algunos miembros huyeron de forma vergonzante y desleal para subirse al carro del pienso. Y todo este teatro lastimoso y cínico bajo el manto protector de una supuesta cercanía ideológica. Vaya y por poner un ejemplo, si alguien es capaz de demostrarme que un hombre vacuo y carente de ideas como ZP es capaz de tener ideología, me comprometo a dedicar mi vida y hacienda a tratar de conseguirle si no el Nobel, que nos queda muy lejos, sí al menos el Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, porque tal descubrimiento haría que tuvieran que replantearse todas las leyes fundamentales de la lógica, la física y las conjunciones planetarias, como poco. Si encima es capaz de demostrar que esa ideología, si la tuviere, es de izquierdas, no tendría más remedio que, además, invitar a este portento a unas cañas y una ración de carrillada ibérica en el Bar Deportivo de mi amigo Manuel. Y “si el abad toca a maitines, qué no harán los demás monjines”. Pues eso, a buenas horas sacan estos camastrones a relucir la ideología. Se necesita ser desahogados. El oírlos es más chocante que oír a La Veneno hablando de urbanidad. Pero bueno, es que el ansia viva y de supervivencia en el machito es lo que tiene.

Y si estos pocos días han sido intensos, me imagino que la legislatura en la que ya estamos tendrá momentos apasionantes o, en cualquier caso, novedosos. Ver al PSOE en la oposición, porque los votos han dictado que no lo quieren gobernando, es algo inédito y regocijante en nuestra región, una bocanada de salud democrática para un enfermo que parecía en prolongada fase terminal, siempre en el sopor del agonizante. Y con el PP sin mayoría absoluta, mejor que mejor, que así se evitan tentaciones de caer en el nepotismo despótico sufrido. Y si IU en Extremadura sigue en el papel coherente y honrado que ha jugado hasta ahora, estos cuatro años pueden dar mucho de sí. A punto hemos estado de no poder disfrutarlo por la actitud tozuda de Cayo Lara, que giró visita a estas tierras como un sátrapa visita sus dominios, con las orejeras puestas y la actitud rígida y dogmática típica del estalinismo, acompañado de una corte o cohorte de salivillas que trataron de meter en vereda a los súbditos presuntamente díscolos. Este papel de perrillo faldero del PSOE iniciado por Llamazares parece un estigma que persiga a los dirigentes actuales de la coalición. Y todo desde la visión ignorante que da la distancia. Él sigue en sus trece monolíticas queriendo abrir expediente a nuestros tres. Pues bueno, aquí estamos para, en su momento, echarles una mano. Siquiera sea testimonial. Y al tal, parodiando a Terminator, habría que darle la despedida que popularizó el androide: “Cayolara, baby”. Pues eso. Y buen viaje tenga usted.

3 comentarios:

Juan dijo...

Tienes mucha razón,amigo Jaime.A ver si se cumplen tus deseos y en Extremadura,es posible una política activa y provechosa para la región.
Un saludo.

Miguel dijo...

Hacía falta un cambio de políticos en Extremadura.Ójala no nos defrauden.
Cayo Lara¡qué pesao!

Muli dijo...

Ya veremos que tal lo hacen estos otros.
Tu comentario muy bueno.
Besos.