lunes, 11 de abril de 2011

ADIÓS, SI TE VAS

“Como dijo San Ingerencio: Pos no me voy, más bien me llevan”, apostrofaba Cantinflas en la escena final de la película “El padrecito”, mientras una banda de música, como despedida, interpretaba “Las golondrinas” en su honor. Pues nuestro “ingerencio” circunflejo, también rodeado de una banda, pero sin música, ha venido a decir algo parecido, sin decirlo. Teniendo en cuenta el retorcimiento estrambótico y cursi de su oratoria, mitad mentira, mitad embuste, mayormente vana, dice que no estará aunque esté; que se irá aunque, mientras, se queda. Nos lo largó con esa pose de suricato en estado de alerta a que nos tiene acostumbrados, con las manitas a la altura de las tetillas y más esdrújulo que nunca: “Anuncio que no seré candidato a las elecciones generales del 2012”. Dizque por el bien de España. A mí, cada vez que un indígena de esta ralea habla de patria, se me abren las carnes porque, al final, quienes pagamos el pato de su pecho henchido de ardor somos los mismos de siempre. Empezó a asomar la pezuña patriotera por debajo de la puerta en el inicio de la crisis, negándola como un Judas recalcitrante y acusando de antipatriotas a los que le advertían de que el lobo ya estaba aquí. Y así, por continuar con el simplón símil futbolístico que él utilizó (por cierto, cada vez más extendido entre la casta política), mientras nuestra economía estaba en la liguilla de descenso a regional, el individuo dilapidaba nuestro dinero creyendo que jugaba la Champions. La soberbia de los ignorantes es lo que tiene. Menos mal que los jefes europeos se cansaron de sus desvaríos y, a pescozones, lo metieron en razón, viendo que las veleidades de nuevo rico del personaje se les estaban yendo de las manos y el batacazo iba a tener consecuencias fatales, no sólo para los españolitos, que les importamos un rábano, sino para el conjunto de la Unión Europea. Así de un año acá nuestro iluminado, con el pescuezo en carne viva por las collejas (las más contundentes las de la froilan teutona) acometió una serie de reformas impuestas, apresuradas, injustas por tardías e insuficientes que, a mayor abundamiento, eran absolutamente fraudulentas con su programa electoral. Pero bueno, para qué sirve un programa electoral si no es para incumplirlo. Aunque este portento ha dado una vuelta de tuerca más y no sólo lo ha incumplido, sino que ha hecho lo contrario de lo que en él se decía.

Dicen los expertos que existe un “síndrome monclovita” que ataca a nuestros presidentes y que los hace alejarse de la realidad, aislados, como están, en la burbuja palaciega. Pierden el contacto con la sociedad que les rodea y, sólo pendientes de su ombligo, se desenvuelven en un mundo a su medida que ellos mismo se fabrican. Ignoran los consejos de sus asesores y sólo atienden a los cantos de sirenas que parten de su interior. Le ocurrió a Suárez, a Felipe González a partir de la tercera legislatura y a Aznar en la segunda. El problema de este muchacho que se marcha estando quieto es que ya entró en la Moncloa peor de lo que los otros salieron, con un grado de ensimismamiento supino y encaramado en la tozudez del mediocre que se cree un elegido de los dioses. Su trayectoria ha estado toda ella impregnada de un adanismo palurdo, de una impostura trascendente que no ha logrado ocultar la inanidad de su fuste. O sea, mucho celofán de colorines para envolver pompitas de jabón. Y así nos ha ido. Nos deja arando eriales.

Y ahora que el melón abrió el melón sucesorio, parece que hay dos candidatos postulados para recibir su herencia envenenada. A saber, Carmen Chacón y Pérez Rubalcaba. De la señora Chacón no tengo una opinión demasiado formada. Simplemente diré que no me resulta excesivamente luminosa, sin que quiera ello decir que me parezca oscura. Quizás es que sea discreta. O poco habladora. O que yo no he estado atento. Sé que, por aquello de la igualdad, incorporó a su equipo a una comandante, creo, que le llevaba el bolso y el abrigo. Y la he visto pasar revista a las tropas, como Ministra de Defensa, y la verdad es que pone una cara de mala leche tal que parece que va a mandar a toda la Compañía al calabozo. Quizás sea producto de su bisoñez. En fin, son sólo gestos. Aunque puedan definir. La biografía de Rubalcaba es mucho más densa, incluso más espesa. Y él sí que es parlanchín. Desde “no nos merecemos un gobierno que nos mienta”, hasta “mi ventaja es que yo lo sé todo de todos”, hay donde elegir. Desde portavoz en el gobierno de los GAL, hasta Ministro del Interior con el caso Faisán, también. Conociendo su trayectoria no me extrañaría que, si llegara a ser elegido sucesor y, después, Presidente del Gobierno, (la democracia no lo quiera), vuelva a echar mano de Barrionuevo y Vera para dirigir la Seguridad del Estado.

Y es probable que también haya alguno de tapadillo, esperando su oportunidad. Si lo hubiere, yo me decantaría por José Bono, el fraile confesor, tan en su papel de padre prior alejado de aspiraciones temporales. Ojo de chícharo con este socialista con hisopo que además de fraile es sacristán y, teniendo el don de la ubicuidad, al final lograría estar en la procesión y repicando. O sea, él en lo alto del paso y los otros, con dos palmos de narices, de costaleros.

5 comentarios:

Muli dijo...

Si se va por fin el circunflejo y nos viene el Ruba,no sé qué será peor.
Me ha gustado el comentario,como siempre muy bien escrito.
Un abrazo

Juan dijo...

Magnífico comentario.Cuanta razón tienes.
Un saludo

Anónimo dijo...

Me extrañaba mucho que estuvieras tiempo sin meterte con el Señor Zapatero.
Te crees poeta y escritor,no eres ninguna de las dos cosas,solamente eres un...

Daniel dijo...

Muy bien tu comentario y tienes toda la razón.Esto es un desastre.
Un saludo.

Muli dijo...

El prmer ronchonero anónimo que aparece y no termina de decir lo que quería decir de tí,Jaime.
¡Qué valiente!