lunes, 3 de enero de 2011

OTRA VEZ LA CAVERNA

Ya comenté en mi anterior artículo lo mal que había sentado en la caverna la concesión del Nobel a Mario Vargas Llosa. Y su discurso de aceptación. Y ahora tendré que añadir que también ha levantado algún sarpullido, esta vez entre cavernícolas, domésticos creo, el citado artículo. Ignoro si ante este periódico estos chinches con plumero habrán dado señales de vida, pero en mi blog han acudido en piara, no sé si atendiendo a algún toque de trompeta o motu proprio. Habrá de todo, me figuro. En cualquier caso siempre de forma anónima, como es costumbre en esta tropa rancia. Ya, cuando publiqué “Fauna extremeña”, asomaron sus pezuñas con una insistencia digna de mejor causa, y ahora reinciden en la matraca. La verdad es que me divierte muchísimo su patetismo. Y sus esfuerzos denodados por romper la coraza del que suscribe. Y su catálogo de tópicos. Porque no argumentan, sólo escupen, es imposible mantener un diálogo con esta jarca que ergotiza disparatando. Por supuesto que no pretendo que todo el mundo esté de acuerdo con mis artículos y con mis opiniones, no soy como ellos de piñón fijo pero, caramba, una cosa es discrepar y otra abalanzarse contra el que opina de forma distinta a ellos. En fin, el sectarismo es lo que tiene: dónde irá el buey que no are.

Por lo que deduzco de sus comentarios furibundos, lo que más les ha molestado esta vez ha sido que los haya ubicado en la caverna, a ellos, preclaro ejemplo de progresismo y liberalidad. Y es que estas criaturas trincan una palabra, la utilizan contra el enemigo, o sea, contra el orejano que corretea fuera del redil, y cuando la palabra les viene de vuelta y les es aplicada, montan en cólera sacra, sacan el mandoble de deslomar insurgentes, y se dedican a zurrar al aire mientras se retuercen entre ronchones porque, digo que pensarán, esa palabra es de su exclusiva propiedad. Caverna, precisamente, es una de ellas. La cosa tiene su gracia porque, ¿quién más cavernoso, o cavernícola, o cavernario que aquél que, entre las tinieblas del pensamiento único y unificado de la cuadra, arremete contra el que gusta de la luz, de la independencia de criterio, de la libertad de opinión? ¿Quién más retrógrado que aquél que, uncido feliz al carro del dogma, trata de embestir contra el heterodoxo? ¿Quiénes más carcamales que estos alumnos iletrados del Maestro Ciruela que pretenden ser dueños de las palabras y se empeñan, tozudos, en querer poner puertas al campo?

No obstante todo lo anterior, como fieles seguidores de mi blog y mis artículos yo los tengo en la más alta estima. Agradezco sobremanera la diligencia con que saltan encorajinados cuando, según su leal saber y entender, la ocasión lo merece. Impagable es la generosidad con la que vienen a reconfortarme y a cimentar mis convicciones cuando mi ánimo flaquea o languidece, cómo me socorren cuando el desánimo me invade. Lo que ocurre, casi todo en esta vida tiene su cara y su cruz, es que el limitadísimo vocabulario del que hacen gala puede llegar a resultar un tanto cansino: poetastro de mierda, facha, resentido, envidioso y algunas, pocas, lindezas más, son todo su bagaje. Y pare usted de contar. No es que quiera yo pedir peras al olmo, pero mi gratitud llegaría a los límites de lo infinito si se esforzaran un poquito más. No pretendo que hilvanen dos frases seguidas, ni que su sintaxis sea menos chirriante, ni siquiera que su ortografía sea pasable, pero sí les imploro, por la gloria de Cotón y por los clavos de Cristo al unísono, algo de variedad en el léxico. Es que, si no, estoy viendo que van a conseguir aburrirme. Y sólo imaginarlo me causa pavor descomunal, enorme, casi tan gigantesco y tremebundo como su idiotismo.

10 comentarios:

Muli dijo...

Los de los ronchones no paran de insultar.Es lo único que saben hacer.¡Que se rasquen,si les pican las ronchas!
Muy bien tu comentario,Jaime.

Carlos Rivero. dijo...

Yo es que desde mi incipiente adolescencia..soy un convencido de que el homo es un depredador camuflado en un traje, gomina, colonia e inteligencia abstracta.
Y lo que excita su depredación salvaje es el dinero, las ideas políticas y religiosas, los territorios, el poder y el consumismo.
Da la casualidad que todo eso es un invento del homo sapiens...

Un abrazo Jaime y salud en 2011 para tí y los tuyos.

Anónimo dijo...

A tí si que se te ve el plumero pesebrero.

Anónimo dijo...

qué absurdez dios mío....cuánto tonto suelto!!! despotricador además de fachundo

Anónimo dijo...

Más tonto que Abundio. Y va de poeta...¡ Ay que ver!

Anónimo dijo...

Otra vez.... la amargura del poetastro de provincias. Destilas envidia y rencor.

Muli dijo...

Llegaron ya los "ronchoneros".Se esconden en el anónimo y no dan ningún argumento para rebatir tu comentario,Jaime.Solamente saben insultarte y descalificarte.Es lo que dices tú en "Otra vez la caverna".Pero ellos siguen erre que erre,no saben hacer otra cosa.
Siento lástima por ellos.

Juan dijo...

Jaime es un grandísimo poeta y prosista.
Algunos de sus comentarios molestan a mucha gente,pero no saben o no pueden rebatirlos.El insulto es su única manera en que saben "expresarse".
Un saludo

Daniel dijo...

Y yo le pregunto a uno de los valientes anónimos:¿Qué tiene de malo ser de provincia?.
Y de poetastro nada de nada
Jaime es POETA y de los grandes.
Envidia es lo que abunda en esta España nuestra.
Un saludo,Jaime y sigue así.

Anónimo dijo...

gracias a Dios por intiresny