jueves, 16 de abril de 2009

CONSECUENCIAS

- Hora es de que volviera a este lugar que, a veces, no siento como mío. No por ti, si es que estás. Ni siquiera por mí. Tal vez por volver. Al fin y al cabo la vida es, también, un ir volviendo.

- No sé si merece la pena vivir dejando sangre entre palabras, desgranar alegrías, intentar que haya alguien que, de pronto, descubra lo que tú nunca sabes.

- Anda la tarde triste. Quizás no sepa acompañarla y, entonces, la tristeza sea yo. Creo que todas las tardes son una eterna, repetida ausencia que busca compañía.

- Me aburro. Hay ocasiones en que la vida no es más que un sonsonete circular. Enciendo, pues, un cigarro. Sin prisas, oficio la rutina de la muerte.

- Y, sin embargo, el hábito de andar facilita las cosas. Mientras, el vuelo de una mosca me acompaña: para mí es suficiente. No sé si soledad, tal vez sólo la tarde.

- A pesar de mí, hay alguien que me espera. Salgo corriendo para sentir sus labios en los míos. Nada más importante que lo físico en momentos de tedio.