- El tedio de los días es un ensayo lento de silencio. Acostumbrar la noche a las pupilas. Terca e interminable preparación de adiós.
- Nadie presta su voz en este sueño que amanece. Tendré que hablar conmigo, noche entera. No sé si lograré hacerme entender.
- La noche aún no conoce que no es la luz la vida y se lamenta, triste, de su oscuro destino. Ignora la mentira del cielo azul. No sabe que la luna se aprovecha del sol y, ya melancolía, arregla la falsedad de su belleza.
Me ha gustado.
ResponderEliminar